Muchas veces hemos hablado de lo que se siente pasar por una infidelidad, pero poco se habla de cuando tú decides engañar.
Y no, no queremos justificar o hacerlos quedar como la víctima. Simplemente queremos recordarte que siempre hay dos lados de la moneda.
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A veces una persona infiel lo hace porque no ama a la persona con la que está o como una salida fácil para solucionar sus problemas.
En mi caso, yo decidí engañar a mi pareja porque no era feliz, creí que al recurrir a otros brazos podría encontrar lo que no tenía en mi relación.
Al final, las cosas no salieron como yo pensaba, puse mi felicidad en manos de alguien que me amaba, pero yo no lo quería ni a mí.
Por esto, hoy quiero compartir las lecciones que aprendí al engañar a alguien que me amo y al que no supe valorar…
5 cosas que aprendí al engañar al hombre que más me ha amado
1. Nadie volverá a amarme así.
Para él yo era todo; me quería y me adoraba, pero para mí eso no era suficiente, yo quería más.
Sin embargo, hoy que miro atrás me doy cuenta de que nadie más podrá darme lo que él me brindo.
Su amor era bueno y puro, pero no era lo que necesitaba en esos momentos.
2. Necesitas hablar en el momento.
Me sentía infeliz y nunca se lo dije. No fue su culpa que lo engañara, fue la mía y lo acepto.
Lamento no haber dejado las cosas claras desde un inicio. SI yo hubiera hablado con él, podríamos haber terminado en buenos términos o me hubiera apoyado.
Quedarme callada no me sirvió para nada, al contrario, solo perjudico mi amor propio y la relación que tenía.
3. La confianza no regresa.
Por más que trabajes, te perdonen o te comuniques con tu pareja después de engañarla, nada volverá a ser como antes.
Ya no te ven igual y tampoco te quieren de la misma forma. La confianza está rota y no puedes recuperarla.
No importa cuánto cambies o cuánto amor le brindes, siempre existirá la duda de que lo volverás a engañar.
4. No soy perfecta.
Una infidelidad (ya sea que la cometas o seas el traicionado) te muestra que el ser humano está lleno de imperfecciones y que, si idealizas a alguien, el golpe de realidad será bastante doloroso.
Él siempre me hizo creer que era la mejor mujer del mundo, que era perfecta con defectos y virtudes, y que cualquier cosa que hiciera no iba a cambiar su amor.
Eso me dio el “valor” de ser infiel y de volver a la relación como si nada hubiera pasado.
Pero también me ayudo a darme un golpe de realidad, no soy perfecta y tampoco quiero serlo.
5. Necesito valorar más.
Ser infiel me gustó en el momento, no lo voy a negar. Pero con el paso del tiempo y de las mentiras me di cuenta de que yo no estaba ganando.
No era perfecta ni feliz al engañar a mi pareja, estaba siendo inmadura, ciega y una horrible persona.
Tomé el camino fácil porque no me supe valorar ni escuchar que ya no era feliz en esa relación.
Necesitaba más amor propio y menos amor de otros, porque estaba “amando” sin amarme. Y esto solo provocaba que lastimara a los demás sin pensar en las consecuencias.
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