Ponte cómoda, te queremos contar cómo se siente estar en una relación sana, algo que a veces, nos cuesta trabajo encontrar, construir y conservar.
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Cuando vamos de relación tóxica a relación tóxica, nos podemos acostumbrar al trato, reacciones, actitu des o emociones que ocurren dentro del vínculo.
Y, cuando entramos a una relación sana, nuestro cerebro entra en shock porque no estamos recibiendo nada de lo que estamos acostumbradas, eso «normal» que conocemos desde hace años.
Así se siente estar en una relación sana
En una relación sana no hay chantajes, manipulaciones, control, culpas, poder, mentiras, omisiones o falsedades.
Hay discusiones, negociaciones, desacuerdos, planteamientos, opiniones y mucha voluntad.
Es decir, una relación sana no es perfecta, también tiene problemas, lo que hace la diferencia es la manera en la que se trabaja en equipo para solucionar y cómo se afronta para superar.
Por ejemplo, quizá estás acostumbrada a las grandes reconciliaciones, esas que llegan después de peleas larguísimas desgastantes, de llanto y desvelo.
En una relación sana hay reconciliaciones, pero no llegan para intentar «tapar» el error y hacer que las faltas de respeto durante la discusión nunca sucedieron.
Una relación sana no tiene que irse al suelo para subir al cielo, y viceversa, en este tipo de vínculo se mantiene siempre la estabilidad y el respeto.
Entonces, es normal que no tengas esos motivos que disparen tu ansiedad, puede que no sientas las mariposas en el estómago, pero vas a sentir paz, podrás ser tú misma sin temor a que te juzguen.
Uno de los focos verdes de las relaciones sanas es que no moldearás tus reacciones, gustos, amistades o hechos a lo que es Conveniente para tu relación, simplemente serás tú y te sentirás bien decidiendo y reaccionando por ti.
Si tú tienes que renunciar a tus verdadera emociones, a tus gustos más genuinos a tus propios ideales, quizá tienes que aceptar que estás en una relación de la que por salud, debes salir.
¡Mucho ojo! Las relaciones sanas se construyen, se forman con 2 personas que quieren tener una vida sana, que trabajan en sí mismos para no mandar su pareja todo lo que no han resuelto dentro de cada uno.
No es quien te pone de cabeza, es quien te centra; no es quien te llena de amor después de haberte hecho llorar, es a quien le duele tu dolor y si está en sus manos evitarlo, lo hará.
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