Amarnos a nosotras mismas suele ser un verdadero reto, somos quienes nos sostenemos de pie, quienes se sonríen al espejo o quien logra acabar una jornada de trabajo en oficina o en casa y sin embargo, parece que dejamos que nuestro amor propio ande en niveles bajos hasta que nos damos cuenta de que lo necesitamos.
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Por ello, queremos compartirte un fragmento de la realidad, porque estamos seguras que hay días, meses, o etapas en que es más fácil llevarnos bien con nuestra piel, pero también es cierto que debemos reconocer nuestras debilidades para poder atacarlas.
Estas son las 7 razones por las que amarse a sí mima es complicado, pero en verdad que vale la pena intentarlo.
1. Somos muy duras con nosotras mismas.
Cuando se trata de consolar, perdonar y aceptar a otras personas, somos muy flexibles pero con nosotras mismas somos las peores juezas, nos vemos: feas, gordas, ojerozas, flacas, torpes, distraídas, duras, demacradas, amargadas, aferradas, entre otros poco motivantes adjetivos.
2. Nos comparamos.
Es desgastante ver lo que otros tienen que nosotros no: pareja, dinero, casa, mascota, viajes, músculos firmes, ropa de marca, tiempo libre, selfies… ¡Basta!
3. Le damos mucha importancia a comentarios de otras personas.
En vez de estar tranquilas con el criterio de cada una de nosotras, parece que vamos por el mundo tratando de complacer los criterios de personas que no viven nuestra rutina.
4. No creemos en el poder del amor propio.
¿Amor propio? Sí, es eso que te saca del hoyo cada que pasa algo malo en tu vida, es el impulso que debería de animarte en las mañanas al comenzar cada día. Es eso que te hará tratarte con delicadeza cuando tienes roto el corazón. Importante, ¿no crees?
5. No sabemos manejar nuestras emociones negativas.
Cada una de nosotras tiene diferentes maneras de asimilar los hechos y manejar las emociones negativas que nos dejan las experiencias, así, hay personas que pueden darle vuelta a la hoja rápido y hay quienes necesitan meses, o años para asimilar lo que pasó.
6. Permitimos que crezca nuestra inseguridad.
Si no sabemos manejar nuestras emociones negativas, una de las consecuencias es afectar nuestra seguridad, así iremos cumpliendo años y retos con una sensación de que «apenas lo logramos» o «tuvimos suerte», subestimándonos y pensando que las cosas se nos pueden ir de nuestras manos a pesar de nuestro esfuerzo. Esto aplica también en las relaciones de pareja.
7. Siempre queremos algo distinto a lo que tenemos.
Y ahí vamos, inseguras, sin aceptar nuestro cuerpo, y por consecuencia sin amarnos plenamente, pidiendo que nos amen y valoren como nosotras mismas no lo hacemos. Deseando tener algo distinto a lo que tanto trabajo nos costó conseguir.
¡Cambiemos!
Hemos tomado decisiones y afrontado sus consecuencias, hemos sido valientes y si nuestro cuerpo no es perfecto, nadie lo tiene, incluso la mujer que vemos con el «cuerpo perfecto» podría estar deseando otro «cuerpo». Nuestros brazos nos ayudan diario a bañarnos, a cocinar, a lavar… ¡Son geniales!
Nosotras, cada una de nosotras somos únicas, somos distintas y especiales, tenemos diferentes historias, defectos y cualidades.
La mejor parte es…
Que cuando te amas lo suficiente, te llega lo que mereces, algo bueno, bonito, sano, que te hace ver la vida con otros ojos.
Por eso vale la pena vencer todo lo que interfiera en nuestro amor propio.
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