Cuando alguien deja de cuidarte, de escucharte o de respetarte, deja de ser un lugar seguro para ti, aunque antes lo haya sido.
A veces, duele más aceptar eso que la propia pérdida, porque implica soltar la idea de “quién era” y mirar de frente lo que está siendo ahora.
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Incluso, debes ver que era tu lugar seguro porque dependías mucho de él y su relación ya estaba teniendo comportamientos poco sanos.
Por esto, hoy es un buen momento para ver que tu lugar seguro está en ti y que cuidarte también es dejar de buscar refugio donde ya no hay abrigo.
¿Cómo te demuestra un hombre que ya no es tu lugar seguro?
1. Minimiza lo que sientes.
Te dice que exageras, que eres intensa, que “no es para tanto” o que deberías controlar más tus emociones.
En vez de escucharte, te invalida y te hace pensar que ser tú misma está mal.
2. Sus palabras ya no coinciden con sus actos.
Promete mucho, pero ya no cumple nada. Te dice que le importas, pero no te lo demuestra con sus acciones.
Ahora solo te quedas con sus palabras vacías, mientras sus hechos te gritan que él ya no te quiere y que ya no es tu lugar seguro.
3. Te hace dudar de tu percepción.
Niega cosas evidentes, cambia versiones, te hace sentir que estás loca o equivocada por notar lo que pasa.
Tú te estás convirtiendo en la villana de la historia, porque eso es lo que él asegura, pero la realidad es que él no acepta sus errores y solo está moviendo las cosas a su conveniencia.
4. Te sientes más ansiosa que en paz.
Hablar con él ya no calma, ahora solo te tensa, te drena o te pones ansiosa. Piensas demasiado antes de decir algo por miedo a su reacción.
Ya no es tu lugar seguro porque ya no puedes comunicarte con claridad; ahora tienes que ir con mucho cuidado para que él esté “feliz” contigo.
5. Evita conversaciones importantes.
Ya sea que se cierra, huye, se enoja o guarda silencio cuando intentas hablar de lo que duele. A ese hombre ya no le interesa construir una relación seria contigo.
Ahora solo está enfocado en terminar o hacerte sufrir.
6. No te protege emocionalmente.
Permite que otras personas te falten al respeto y no pone límites cuando deberían cuidarte. Y esto lo hace porque él tampoco te respeta.
No solo con groserías o abuso emocional, también con mentiras, engaños y traiciones.
7. Te responsabiliza de todo.
Siempre eres tú la que “pide demasiado”, la que “tiene el problema” y la que debería adaptarse a lo que él quiere.
Ese hombre te asegura que es una gran pareja o que él está haciendo todo bien, pero la realidad es que no es capaz de hacer lo mínimo.
8. Ya no eres tú misma con él.
Te autocensuras, te apagas y dudas de tu valor. Dejaste de ser tú para complacerlo o porque te aseguró que era lo correcto para la relación.
Y ahora que ya no puedes complacerlo más o que se ha aburrido de ti, busca la forma de cambiarte o hacerte pensar que tú eres la que está mal.
Un lugar seguro no te confunde, no te asusta, no te hace sentir sola estando acompañada. Y cuando alguien deja de serlo, no es porque tú hayas fallado, sino porque ya no está sosteniendo el vínculo.
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