Si últimamente has notado que un hombre cercano a ti, tu ex o tu ligue, anda de “lucido”, es momento de bajarle el ego.
Porque si sigue pensando que es el mejor o que merece todo de tu parte, podría causarte muchos problemas.
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Bajarle el ego a un hombre no se trata de humillarlo o manipularlo, pero sí de poner límites claros, evitar inflarlo más y devolverlo a la tierra cuando se pasa de arrogante.
Por esto, te damos algunas formas inteligentes, sutiles (pero efectivas) de hacerlo sin entrar en juegos tóxicos:
¿Cómo bajarle el ego a un hombre?
1. No le des atención exagerada
Muchos hombres con el ego inflado se alimentan de la validación constante. Por esto, no sobre reacciones con emoción a sus logros o apariciones.
Porque sentirá que su presencia es la única que cuenta o que él es perfecto en todo lo que hace.
Sí, puedes darle atención cuando se la merece o se la ha ganado, pero quítasela cuando quiera lucirse.
2. Responde con humor.
La ironía sutil es tu aliada con este tipo de hombres. Porque le das a entender que no te impresiona tanto como él cree, sin volverte agresiva o grosera.
Por ejemplo, si te dice que todas las mujeres de su entorno lo adoran, puedes preguntarle si solo convive con sus mamás o tías.
De esta forma, le dejarás en claro que ellas serían las únicas que lo tratan de esta manera y las demás, pasan de él.
3. No caigas en una competencia.
Si él presume de todo lo que hace, no sientas que tienes que contar algo mejor. El verdadero poder está en no caer en su juego.
Incluso, puedes mencionar que no se trata de cantidad, sino de calidad, y de eso a él le falta mucho.
4. Hazle ver sus errores.
No le hables con rodeos cuando se equivoca, pero tampoco lo ataques. Sé directa y firme.
Porque si minimizas la situación o la dejas pasar, él creerá que está bien y seguirá cometiendo estos errores y hasta más graves.
Puedes bajarle el ego al dejarle en claro que también es humano y se equivoca.
5. Déjale en claro que no puede controlarte.
Cuando quiera dominarte o hacerse el importante, simplemente marca tu autonomía sin confrontarlo.
Por ejemplo, si te dice: “Yo sé lo que es mejor para ti”, tú menciónale: “Yo también. Por eso puedo decidir sola”.
De esta forma, sabrá que no vas a permitir que te pisotee ni que tampoco te manipule a su conveniencia.
6. No te rías por convivir.
Puedes sonreír, pero no te sientas obligada a reírle cada broma o comentario que esté fuera de lugar.
Porque con el tiempo, notará que contigo no hay premio fácil por presumir. Y que muchas cosas de las que habla, no son las correctas.
7. Elógialo solo cuando lo merezca.
Y mejor si son elogios específicos, no genéricos. Porque eso válida lo real y no su ego inflado.
Ten presente que no es necesario que le digas todo lo que hizo bien o darle demasiados detalles, sino que sea una felicitación real, por algo que sí pudo lograr y que es importante.
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