Los tiempos de dios son perfectos. Si no crees en dios cree en las coincidencias, el azar, la suerte, destino o como quieras llamarlo pero TODO pasa por algo.
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Tal vez no lo entendamos al momento, tal vez realmente deseábamos y esperábamos que algo sucediera con todas nuestras fuerzas y no ocurrió… Pero aunque no lo veamos de esa forma al momento las cosas que NO pasan también es por algo, quizá estaba destinado a no ser o a no funcionar.
Eso me pasó con un amor que no sé como describirlo puesto que no fuimos algo más allá de una amistad por mucho cariño, ganas y atracción que hubiera. Una vez más el «hubiera» interfiriendo con el amor.
Es uno de mis mejores amigos de años, nos conocimos en la preparatoria y desde entonces hemos seguido en la vida del otro. Conforme pasábamos el tiempo juntos aprendíamos más y más de las cosas buenas, las no tan buenas y ese lado oscuro que sólo personas muy importantes llegan a ver.
Ninguno de nosotros había expresado un cariño más allá en plan serio: siempre hablábamos que si a los 30 seguíamos solteros seríamos unos forever alone para siempre, roomies y ocasionalmente amigos con derechos. Él tenía novia, yo salía con alguien y cada quien parecía estar feliz… Pero bien dicen que las apariencias engañan.
Después de un tiempo cada quien terminó lo que tenía, él su relación, yo muchos meses con alguien que nunca formalizó las cosas y pasó lo que me dijeron alguna vez mis amigas «te vas a encariñar.»
Traté de hacerle entender muchas veces que podríamos ser una relación seria, que podríamos tener todo lo que es un amigo con derechos pero con la exclusividad y, en el instante que se lo dije él no quería algo serio. Quería echar el relajo y ser feliz con todas y ninguna al mismo tiempo.
No mentiré al decir que la decepción fue la menor de mis preocupaciones, me rompió el corazón saber que hasta cierto punto me quería sólo para tener relaciones (aunque nunca pasó).
Mucho tiempo después yo conseguí una pareja estable: alguien con quien sigo, alguien que me brindo su amor, comprensión y pasión sin temor a que el día de mañana se fuera o temor de ser un cariño sincero y no de ratos. Aquí es cuando él se dio cuenta que SÍ sentía algo.
Pero (siempre tiene que existir un pero en toda historia) no supo decirme si era lo suficiente para estar conmigo en una situación formal o sólo iba a lidiar con esos sentimientos y aguantarse el verme feliz con otro.
Lo siento pero llegaste tarde, amor… Llegaste cuando alguien más me abrió sus brazos, cuando alguien me quería aquí y ahora, alguien que está seguro de lo que quiere.
Llegaste tarde al instante en que mi vida estaba lista para ser compartida con alguien y, ese alguien pudiste ser tu. Llegaste tarde cuando yo podía estar insegura de lo que quería, pero sí de lo que NO quería: no quería a alguien que fuera indeciso, alguien que solo me usará, alguien que rompió mi corazón y no se quedó para recoger los pedazos.
Hoy, en estos precisos momentos pienso que, aunque no estuviera con alguien, tus sentimientos llegaron tarde o tal vez fuiste tú el que tardó en entenderlos. Llegaron en un punto de mi vida en donde mis intereses son diferentes, donde quiero viajar y conocer antes de atarme realmente a alguien.
No, no quiero que pienses que soy infeliz con mi pareja, sin embargo, él sabe que si me fuera por un tiempo me seguirá queriendo. Lo siento amor, llegaste tarde para coincidir, para que pudiéramos ser. Si tu gran amor ya no está contigo, suéltalo y déjalo ir…