Siempre me creí capaz de ver las señales, pero tú me cegaste por completo y me dejaste claro que no éramos un casi, sino que lo éramos todo.
Pero a la hora de la verdad, me estrellé con un muro y vi la realidad, solo fuimos lo que más te convenía en ese momento.
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Porque nunca etiquetamos lo nuestro, porque decías que estaba de sobra o que eso no cambiaría todo lo que sentías por ti.
Sin embargo, cuando te necesité más, no estuviste para mí y decidiste huir como un cobarde y asegurar que yo me inventé todo o confundí las cosas.
Casi pudimos tocar el cielo y tú decidiste tirar todo a la basura, porque aunque me querías y la pasabas bien conmigo, no era la indicada.
Aunque te di todo y más, siempre estuve para ti, te apoye y te levante de tus peores días, decidiste que yo no era eso, y decidiste reducirme en un casi nada…
Carta a mi casi algo: Espero que encuentres a la “indicada”
Lo peor de esta situación es que no fui tu casi algo una vez, sino tres o hasta más y no me di cuenta.
Porque en la primera ocasión me aseguraste que algo te hacía falta o mejor dicho, que yo me debía esforzar más para ganar tu corazón y ser la única en él.
Cosa que hice y que tú no supiste valorar, pareciera que solo estabas jugando conmigo o me estabas poniendo a prueba, para ver qué tan dispuesta estaba a humillarme por tu amor.
En la segunda, al no recibir lo que merecía, decidí buscar el amor con alguien más y eso te molesto.
Por lo que me juraste que sí me amabas y querías estar conmigo, pero en realidad, no querías que estuviera con él o mejor dicho, no deseabas que fuera feliz.
Por esto, llegaste prometiendo que lo éramos todo, y así fue por mucho tiempo, hasta que llegó alguien más.
La tercera vez que fue tu casi algo, fue cuando me engañaste y no te arrepentiste de serlo, porque nosotros no teníamos nada oficial o no era un compromiso sólido.
Lo que me dejó claro que solo éramos una pareja cuando a ti te beneficia, pero en el momento de probar que lo éramos, salías huyendo.
Un casi algo que te dio lo mejor…
A pesar de tus traiciones, de que no me dieras mi lugar y que jugaras con mi corazón, me quedé a tu lado, porque también me diste buenos momentos.
Los cuales venían acompañados de promesas, un buen amor y de una conexión especial y diferente.
Sin embargo, aunque te di todo y solo lo mejor, esto no fue suficiente para ti, por lo que decidiste alejarte, porque no teníamos nada real.
Solo éramos dos personas que querían estar juntos y no tenían lo suficiente para triunfar, o al menos eso es lo que me dijiste, para no aceptar que solo me veías como tu casi algo.
Por un momento me diste todo y me hiciste creer que realmente me amabas, para después darme un golpe de realidad y ver que solo me usabas.
Sé responsable de tus acciones
Ahora que estás buscando a la “indicada”, quieres mi ayuda, mi bendición y hasta aprobación, pero debes saber que no la tendrás…
Y no porque esté dolida, ardida o no quiera que seas feliz, sino porque ya no me interesas y no debes buscar nada en mí.
No somos amigos ni tampoco soy tu ex, eso lo dejaste muy claro al darme el papel de casi algo en tu vida.
Así que, no vengas a pedirme cosas innecesarias, solo para sentirte mejor contigo mismo o para cubrir tus errores.
Porque yo ya no te voy a resolver la vida ni tampoco te voy a “ayudar” a que le rompas el corazón a otra mujer.
Prefiero quedarme en mi papel de casi algo y aceptar que le di todo a un hombre que no valía la pena y que solo me estaba viendo la cara.
Para que así tú, una vez en la vida, te hagas responsable de tus acciones y dejes de jugar con el corazón de mujeres que te dan todo.
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