Es difícil de explicar pero es normal… se llama atracción sexual y no quiere decir que por eso le faltaré el respeto a mi pareja o a la relación que construimos.
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Es la segunda vez que me pasa y siempre me ha ocurrido con compañeros de trabajo, la primera vez que me ocurrió fue hace varios años con un chico que no me hablaba pero siempre se me quedaba viendo, nunca cruzamos palabras, sí, ni un hola, pero sentía entre los 2 que era evidente la atracción, él lo sabía pero cambió de trabajo y ahí quedó todo.
Después, yo estaba soltera pero había un hombre, mayor que yo como 8 años (para nada mi tipo), que cada que me hablaba me ponía nerviosa, sentía que me temblaba la mano debajo del escritorio y la voz si yo tenía que responder.
Cuando decía algo, siempre quería escuchar sus opiniones y si se ponía los audífonos deseaba escuchar qué había en su mundo musical, en una ocasión, se organizó una fiesta con los compañeros y por salir al último, me tocó que él me llevara en su auto a la reunión pues ya todos se habían acomodado en los carros.
Había mucho tránsito y un recorrido de 20 minutos se convirtió en una hora de una buena plática y risas en donde estoy segura que él sintió lo mismo… Él estaba comprometido y yo sin ganas de salir de la zona de confort.
Esa misma noche conocí a su novia porque nos alcanzó en la reunión y me resultó una persona tan agradable que jamás pensé en otra cosa.
Desde ese momento dejé de darle importancia a él y seguí con mi vida, tiempo después cambié de trabajo y llegó a mi vida una persona que amo y me hace feliz.
Hace poco me envió invitación a Facebook y platicamos para ponernos al tanto, nada ha pasado, él sigue con ella y yo estoy muy bien, no quiero confirmar la atracción ni provocar un mal en mi relación, pero es REAL, la atracción existe y es cuando, si nos interesa procurar a nuestra pareja, debemos de tomarlo a la ligera y olvidar lo que nunca fue.
La atracción sexual por alguien más que no es nuestra pareja es normal, pero nunca debe rebasar un límite ni llevarnos a cometer alguna indiscreción. Si nuestra relación anda mal, la atracción sexual por una tercera persona puede aumentar y consumarse, pero antes de ceder, se debe valorar todo el escenario y las consecuencias de nuestros actos.
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