Hace unos meses viví la separación amorosa más importante en mi vida hasta hoy.
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Soy una mujer complicada, no quiero a mi lado a un hombre que todo lo quiera fácil
El dolor de terminar con «mi primer amor» no se compara con un divorcio inminente, pero no quiero contarte de lo que nos llevó a la decisión, basta decir que amándolo más que nunca, tuve que dejarlo ir.
Esto no fue nada fácil, pero a meses de entender y trabajar en el cierre de esa relación, encuentro 5 cosas que aprendí de la persona que más me ha hecho daño que es la que más he amado, mi ex.
1. Soy más fuerte lo que creía.
Siempre me consideré una mujer sensible pero fuerte, después cuando la palabra Resiliencia se empezó a poner de moda, pensé que yo era una persona resiliente, con mi separación lo comprobé.
No es que me no me doliera decirle adiós y aceptar que nuestra relación (que llegó a matrimonio) no me consumiera por dentro, vaya que lo hizo.
Tuve días dolorosos, días completamente negros, pero no me detuve.
En mi dolor, encontré mi fortaleza, en el momento más difícil supe ser paciente y amorosa conmigo, me di todo el amor que nadie más me podía ofrecer.
Mi experiencia me hizo ver que soy más fuerte de lo que creía.
2. Es verdad, todos son maestros de vida.
Mi ex es un maestro de vida, me enseñó mucho y estoy tratando de asimilar cada una de las lecciones que encuentro entre los recuerdos.
Gracias a lo que viví de su mano he aprendido más de mí, de lo que debo seguir trabajando para mí y de lo que no quiero repetir.
Claro, también trato de conservar los recuerdos buenos, pero sobre todo, aprender de la experiencia.
3. El siempre, siempre acaba y el nunca, sí llega.
A veces, damos por hecho el amor, la compañía, el deseo, entre otras cosas, de otra persona, pero debemos de ser conscientes de que nada es definitivo, todo es relativo.
El amor, así como llega sin esperarlo, se puede marchar, sin haberlo previsto, sin comprenderlo, sin haber hecho algo para que ocurriera.
4. El amor es decisión.
Por eso, ahora estoy muy convencida de que el enamorarse es una suerte, encontrar a alguien que te ame y que tú ames, es un milagro, pero amar, es una decisión diaria.
Quedarte al lado de una persona a pesar de sus defectos, de su pasado y de sus fantasmas, es una decisión.
5. El dolor pasa.
Sí, el dolor pasa, hay días en los que parece que nunca dejará nuestras células, que viviremos arrastrando la agonía de perder al ser amado, pero no es así, mientras haya vida, todo es posible.
Estas son las 5 cosas que aprendí de la persona que más me ha hecho daño, ¿quieres compartirme lo que tú has aprendido?
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