No me enorgullece pero si de algo sirve prefiero compartirlo, estas son las 7 lecciones que aprendí de un amor tóxico en el 2020.
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No sé si todos los amores tóxicos son iguales pero primero te diré porqué el mío era tóxico y las lecciones que me dejó.
Mi amor tóxico
Fue una relación en la que se perdió la reciprocidad, no lo vi y no lo vi venir, fue como firmar un contrato sin leerlo, simplemente pasó y no me di cuenta de que estaba ocurriendo ni de lo que yo hice para permitir que sucediera.
De ese amor aprendí…
1. Las relaciones son de 2.
Y, por decirlo de alguna manera, en una relación «tóxica», ambos tienen la responsabilidad de los vicios entre ustedes.
Es decir, si tu pareja es celoso y tú no has podido poner límites y caes ante su manipulación, no eres culpable, pero estás en el círculo vicioso.
2. Si buscan al culpable y no la solución les costará.
Discusiones siempre tendrán, sin embargo, no pueden olvidar que son ambos contra el problema no uno contra el otro.
Si sólo se enfocan en las culpas y no en cómo mejorar antes sus debilidades están haciendo todo mal.
3. Las palabras pueden ser amigas o enemigas.
Y está en sus manos que sus diálogos, mensajes o silencios construyan o destruyan.
Sí, la comunicación o todo lo facilita o todo lo complica.
4. Si están dispuestos a soltarse ya se han soltado antes.
Cuando valoramos a la persona que está a nuestro lado y la relación que tenemos con ella, no hay forma de ponerla en riesgo.
Cuando esto pasa es porque ya está tan desgastada que quizá sólo no somos capaces de aceptar que ya no hay nada.
5. El amor no es suficiente.
El amor, el deseo y la atracción no podrán más que el respeto, la comprensión, la empatía y la complicidad, así que ir a la cama para estar de buenas no es amor.
Sostener una relación con reconciliaciones no es una buena inversión de tiempo, energía y trabajo emocional individual y como pareja.
6. Nunca debemos de perder ser nuestra prioridad.
Porque es como perder la dirección de hacia dónde queremos llevar la relación.
2 personas juntas sin dirección están perdidas; una que sabe a donde va puede ayudar al que está perdido pero jamás podrá decirle hacia donde ir; por eso, es elemental que cada uno sepa a donde quiere llegar y se lo comuniquen entre sí.
7. Si dolerá que se quede y dolerá que se vaya, ya tienes la respuesta.
Si duele que se quede y duele que se vaya, la situación ya está dicha, pues si permanece el dolor se quedará, en cambio, si se va, es más fácil sanar.
Sí, amar es conocer y aceptar al otro, pero no a cambio de sacrificar nuestra paz, salud y personalidad.
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