En estos días, Andrea Legarreta y Tania Rincón, con sus respectivas parejas, han sido el rostro de esta situación, divorcios con amor pero, parece que la gente se quiebra la cabeza al tratar de entender cómo es que dos personas que dicen amarse, deciden separarse.
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Divorcios con amor, ¿qué hay detrás de estas separaciones?
Primero fueron Andrea Legarreta y Erik Rubín, ahora son Tania Rincón y Daniel Pérez, 2 matrimonios que llegan a su fin y que lo dan a conocer con un discurso lleno de amor y buena vibra.
Para muchos, estas dos separaciones fueron sorpresa, algunos mencionan que el foro del programa Hoy es el que está «salando» las relaciones, sin embargo, estas 2 conductoras pueden sólo estar dando el ejemplo de algo que antes era poco común, hablar abiertamente de un divorcio desde el mutuo acuerdo y por salud emocional.
La palabra divorcio se asocia a pelea, a desacuerdos, a infidelidad o desamor, sin embargo, en ocasiones el divorcio es la medida que se toma para terminar una relación que no es sana, es decir, el divorcio es lo sano cuando hay una relación que está fracturada.
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Cuando dos personas viven conscientes de su relación de pareja, y sus circunstancias así lo pintan, puede llegar el día en el que con esta misma consciencia, acepten que su ciclo como compañeros llegó a su final.
Pero la pareja no es el único vínculo que establecen 2 personas al casarse, se convierten en padres o socios y, si el amor de pareja cambió fue pero se mantuvo el RESPETO, todo lo de más puede ir acomodándose.
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En los divorcios o separaciones en las que se pierde el respeto es muy difícil continuar con lo que quede, pero, si estas figuras públicas, están dando la explicación (también pudieron no darla), están mostrándose desde su intimidad y eso importa.
Si bien, sólo los involucrados saben a ciencia cierta lo que ocurrió, nadie gana nada cuestionando su decisión, «¿si hay tanto amor por qué se separan?», porque el amor es una decisión y a veces, llega el día que se decide distinto y no por eso, tiene que haber gritos, tamborazos e infidelidades.
Dejemos de pensar que el divorcio debe ser odiando, en realidad, podría ser la decisión sana y pacífica de terminar un ciclo en pareja. Deberíamos acostumbrarnos a entender que llegar al extremo violento de las cosas no debe ser opción.
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