El día de ayer la página de Facebook “Mundo desconocido” subió una fotografía que causó revuelo entre sus seguidores.
En la foto se puede ver a un padre y su hijo tomándose una selfie. Están pintados de payasos y se encuentra en alguna estación del metro de la Ciudad de México.
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Hasta el momento la publicación tiene 50 mil reacciones, 109 comentarios y ha sido compartida 21160 veces.
Al ver la imagen a primera vista, podemos ver un momento tierno, que todos hemos tenido. Ya sea con nuestros padres, hijos, hermanos y amigos.
Tomamos una fotografía para recordar algo especial o simplemente porque queríamos hacerlo.
El contexto no se conoce, no sabemos la situación por la que pasa el señor y su hijo, si su trabajo es ser payaso o no. No sabemos nada de su vida, simplemente existe este momento.
El peor enemigo de un mexicano es otro mexicano
Y aún sin conocer que hay detrás de la imagen muchos internautas se ofendieron con dicha imagen, comentarios de odio y desprecio no se hicieron esperar.
Varios proclamaron que el señor le enseñaba a su hijo a ser pobre… ¡Qué! No podemos con tal afirmación, también comentaron que cómo se atrevía a tomar una foto de su desgracia y otro más proclamaron frases como: “muy pobre, pero trae un celular mejor que el mío”.
Después de leer esta clase de comentarios, sentimos un nudo en la garganta, pues pareciera que nosotros los mexicanos somos nuestros más grande enemigos.
Opinamos y discriminamos sin conocer lo que en realidad pasó. Destruimos un bello momento y lo llevamos a un nivel muy bajo.
También, hubo muchos comentarios que valoraron la fotografía y vieron la parte hermosa.
Sí, esta fotografía es un reflejo de lo que vivimos actualmente, como todos los días todos nos levantamos muy temprano para ir a nuestros trabajos y ganarnos unos cuantos pesos para cuidar y alimentar a nuestras familias.
Esta fotografía no es denigrante, es una obra de arte, un padre que cuida, adora a su hijo y que por él estaría hacer cualquier cosa, aunque a algunos les parezca inferior.
Así que, dejemos de atacarnos, de ofendernos y hacernos menos unos a otros. Mejor démonos la mano y apoyemos a aquellas personas que sí lo necesitan.
No olvidemos que antes de dar nuestra opinión debemos estar seguros de que conocemos toda la historia que hay detrás y no dejarnos llevar por las apariencias.