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Razones por las que deberías creer en el karma

¡Te contamos!

Te conviene

Creer o confiar en el karma puede ser tu mejor aliado en tu vida, porque esta filosofía puede respaldar tus acciones o darte una buena lección.

El karma es un concepto espiritual y filosófico que se refiere a la ley de causa y efecto moral: todo lo que haces, piensas o dices genera consecuencias que eventualmente regresan a ti, en esta vida o en otras.

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Las buenas acciones generan buen karma y atraen bienestar, armonía o buenas circunstancias. Y las malas acciones, generan mal karma y atraen sufrimiento o desafíos.

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En pocas palabras, “recoges lo que siembras”, porque nuestras acciones, buenas o malas, generan consecuencias que eventualmente regresan a nosotros.

Y esto no debería preocuparte y pensar que algo malo pasará, sino que debes enfocarte en generar buenas acciones, para que estas regresen a ti.

A continuación, te contamos sobre los beneficios que puedes recibir al implementar esta filosofía en tu vida:

Razones por las que deberías creer en el karma

1. Fomenta la responsabilidad personal.

Creer en el karma te hace más consciente de tus acciones. Es decir, te recuerda que lo que haces tiene impacto, no solo en los demás, sino también en ti misma.

Esta filosofía promueve la empatía, la ética y la autorreflexión, por lo que serás más consciente de tus acciones y decisiones.

2. Ofrece una sensación de justicia cósmica.

En un mundo donde a veces parece que la gente mala “se sale con la suya”, el karma da consuelo, porque tarde o temprano, todo se equilibra.

Te ayuda a mantener la fe en la justicia y reduce sentimientos de impotencia o rencor.

3. Refuerza la bondad y la coherencia moral.

Si crees que las buenas acciones generan energía positiva, te sentirás motivada a actuar con compasión y respeto.

Mejoras tus relaciones y tu reputación, lo cual muchas veces genera consecuencias reales positivas.

4. Favorece la paz mental.

La idea del karma te permite soltar el control sobre lo que no puedes cambiar, es decir: “yo hago lo correcto, el universo se encargará del resto”, disminuye la ansiedad y fomenta la serenidad.

Sueltas el control y dejas que la vida, el universo o el karma se hagan cargo de esto, mientras tú sigues trabajando en tus buenas acciones.

5. Tiene base práctica, incluso sin lo espiritual.

Aunque no creas en el karma literal, la “ley de causa y efecto” se cumple socialmente, es decir, ratas bien a los demás y recibes respeto y apoyo.

Pero si actúas con egoísmo,  pierdes confianza y relaciones.

Otro beneficio que recibes al realizar esta práctica es que tienes mejores resultados en la vida personal y profesional.

6. Promueve el crecimiento personal.

Al aceptar que todo lo que haces vuelve de alguna forma, te incentiva a aprender de tus errores y a evolucionar. Te hace más resiliente y consciente de tus patrones.

El karma puede verse como una metáfora de cómo nuestras acciones moldean nuestra vida y la de los demás.

No es castigo ni recompensa divina, sino una ley natural de equilibrio; lo que emites al mundo, el universo te lo devuelve de alguna forma.

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