Si quieres evitar que tu vida se estanque más de lo que sientes que ya está, es momento de poner manos a la obra.
Porque tú ya tienes todo para salir de ahí, pero te has dejado vencer por la pereza, el que dirán, el miedo, las expectativas y demás.
Te recomendamos:
Razones por las que ya deberías rendirte con esa relación
Señales de que tu “amiga” quiere todo lo que tienes
¡Échale un ojo al Facebook de Hey Hey Hello! 😉
Sentir que tu vida se está estancando es más común de lo que parece, pero también es una señal valiosa de que algo dentro de ti quiere avanzar.
No estás fallando por sentirte así; estás despertando, porque tienes muy claro lo que ya no deseas tener más en tu vida.
A continuación, te compartimos algunas ideas prácticas para evitar que tu vida se estanque y empezar a generar un movimiento real:
¿Cómo evitar que mi vida se estanque?
1. Haz una pausa consciente.
Antes de moverte, reconoce dónde estás realmente. Pregúntate: ¿Qué áreas de mi vida se sienten estancadas? ¿Trabajo, relaciones, salud, motivación? ¿Qué emociones estoy evitando sentir?
El estancamiento muchas veces es solo una acumulación de decisiones postergadas o emociones no resueltas.
2. Establece micro objetivos, no metas inalcanzables.
No necesitas cambiar tu vida en un mes, sino que necesitas dar un paso diferente cada día.
Si no sabes qué hacer, haz lo mínimo viable, por ejemplo: leer 10 minutos, caminar 15, escribir una idea. Lo importante es romper la inercia.
3. Cambia tu entorno mental.
Si sigues alimentándote de las mismas ideas, personas y hábitos, te mantendrás en el mismo lugar.
Prueba esto: Escucha podcasts que te reten, cambia tu rutina diaria, aunque sea una sola cosa, rodéate (aunque sea virtualmente) de personas que ya están donde tú quieres estar.
4. Cierra ciclos que te drenan.
¿Hay algo o alguien que ya no aporta, pero aún mantienes por costumbre, miedo o nostalgia? Esto puede incluir, relaciones sin crecimiento, proyectos que no avanzan, hábitos que te desgastan.
Tal vez, sea el momento de ponerle punto final, porque nada se mueve mientras cargas con lo que ya caducó.
5. Haz algo que te incomode al menos una vez por semana.
La incomodidad es la prueba de que estás saliendo del estancamiento. Por ejemplo: Publica algo personal si te da miedo expresarte, llama a esa persona que evitas o inscríbete a algo que te rete intelectualmente o emocionalmente.
6. Deja de esperar el “momento ideal”.
El estancamiento muchas veces se disfraza de “preparación eterna”. Debes tener presente que no necesitas estar lista para empezar. El movimiento genera claridad, no al revés.
7. Habla de lo que te pasa.
Principalmente, con alguien que no te juzgue, puede ser un terapeuta, un amigo sabio o incluso escribir en un diario.
Sacar lo que piensas y sientes te da perspectiva y libera energía mental.
8. Reinventa tu narrativa.
Cambia el discurso interior que te mantiene dónde estás. Deja de decir: Ya es tarde para cambiar, me estanqué y no podré salir de él. Mejor comienza a dejarte claro que nunca es tarde para empezar.
El estancamiento no significa que estés rota. Significa que es momento de ajustar el rumbo, no de abandonar el viaje.
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y TikTok.