El maquillaje puede ayudarte a verte y sentirte bien, pero si no es el adecuado para tu piel o no lo usas correctamente, puede ser la razón de tu acné.
Sí, aunque lo hayas usado toda la vida, en una nueva etapa de tu vida, puede comenzar a crear conflictos en tu piel.
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Porque después de los 30, el acné puede ser provocado por el estrés, una mala alimentación o el maquillaje que usamos.
Esto último, porque nos aferramos a usar el mismo que aplícabamos en nuestra juventud y que ya no va de acuerdo a nuestro tipo de piel o lo usamos y aplicamos de la forma incorrecta.
Por esto, es momento de analizar lo que está pasando con tu maquillaje, para que así deje de darte granitos indeseados e incómodos.
Señales de que tu maquillaje te está provocando acné
1. Brotes.
Principalmente en zonas donde aplicas maquillaje con frecuencia, por ejemplo: en las mejillas, frente, barbilla, línea de la mandíbula y nariz.
Si usas base, polvo o corrector en esas zonas y notas brotes justo ahí, esta es una señal clara de que ese producto está afectando tu piel.
2. Puntos negros o espinillas que aparecen poco después de maquillarte.
Especialmente si usas productos pesados, de larga duración o con siliconas, ya que, estos ingredientes pueden obstruir los poros.
Y los puntos negros son un aviso de que ese producto no es ideal para ti.
3. Tu piel mejora cuando dejas de maquillarte.
Si decides darle un descanso a tu piel, por vacaciones o durante el fin de semana, y ves que se ve más fresca o con menos imperfecciones, es porque está relajándose de lo que le hace daño.
Es decir, si notas menos inflamación, menos granos o poros más limpios, el maquillaje puede estar involucrado en la aparición del acné.
4. Tu piel se ve congestionada o con textura rugosa.
Incluso si no tienes granitos grandes, una piel que se ve “gruesa”, apagada o con muchos microgranitos puede ser reacción a productos comedogénicos (que tapan los poros).
5. Tus brochas o esponjas están sucias.
Si no limpias tus herramientas de maquillaje regularmente, estas acumulan bacterias, grasa y células muertas y eso puede causar brotes.
6. Sensación de ardor, picazón o enrojecimiento tras maquillarte.
Podrías estar teniendo una reacción alérgica o irritativa a algún ingrediente del maquillaje. Y esto se puede deber a un cambio en la fórmula, que esté caducado o que tu piel ya no lo tolere.
7. Usas maquillaje “a prueba de agua” o muy duradero y cuesta retirarlo.
Este tipo de productos puede ser difícil de eliminar por completo. Si no limpias bien tu piel al final del día, los residuos obstruyen tus poros y favorecen el acné.
8. Tu maquillaje está caducado.
Al caducar, los ingredientes pierden estabilidad y se descomponen. Esto puede irritar la piel o causar reacciones inflamatorias, incluso si el producto era seguro cuando estaba nuevo.
Por esto, haz limpieza de tu maquillaje cada 3 a 6 meses. Si algo huele raro, cambió de aspecto o te saca brotes de acné, mejor deséchalo. No vale la pena arriesgar la salud de tu piel.
¿Qué puedes hacer para evitar esto?
– Usa maquillaje no comedogénico y apto para pieles sensibles o con tendencia acneica.
– Limpia bien tu rostro todas las noches, aunque estés cansada.
– Lava tus brochas y/o esponjas, mínimo una vez por semana.
– Evita dormir maquillada.
– Haz pruebas de productos en una pequeña zona antes de usarlos en todo el rostro.
– Evita estos ingredientes si eres propensa al acné: aceites minerales, lanolina, alcoholes secantes, manteca de cacao o coco (pueden ser comedogénicos) y fragancias fuertes.
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