Si has decidido tomar terapia o ya estás en ella y a tu pareja no le parece nada bien que lo hagas, debes ver que hay un problema.
Y no, no es con la terapia, sino con ese hombre con el que estás compartiendo tu vida.
Te recomendamos:
Señales de que tus amigas te están excluyendo del grupito
Prendas que sí o sí debes tener en tu clóset a los 30
¡Échale un ojo al Facebook de Hey Hey Hello! 😉
Porque está dejando entre ver que su relación no es la mejor, y que si tú descubres algunas cosas en este proceso o abres los ojos, él ya no podrá manipularte o jugar contigo.
También esta actitud puede deberse a que hagas modificaciones en la relación por tu bienestar y que a él no le parezcan, porque ha obtenido beneficios a costa tuya.
Por esto, es momento de que veas que ir al psicólogo no es el problema y que ahí hay gato encerrado:
Razones por las que a tu pareja le molesta que vayas a terapia
1. Miedo a ser cuestionado o expuesto.
Puede temer que la terapia te lleve a replantearte aspectos de la relación, desde si es sana, mutua, hay respeto, hasta si es recíproca.
También le preocupa que hables de él con el terapeuta, ya que, siente que sus comportamientos podrían ser juzgados o etiquetados como problemáticos y los cuales tú no has visto como tal.
Él sabe que ha hecho cosas malas, pero no está listo para enfrentarlas y menos para redimirlas.
2. Desconocimiento o estigmas sobre la terapia.
Cree que solo las personas “con problemas graves” van a terapia y no entiende la función terapéutica como herramienta de crecimiento.
Puede ver la terapia como una amenaza en lugar de un apoyo. No solo siente que las cosas cambiarán entre ustedes, sino que les traerá grandes problemas y nada de beneficios.
3. Miedo al cambio.
Si empiezas a poner límites o a cambiar patrones, puede sentirse incómodo, porque le asusta perder el control o influencia que tiene sobre ti.
Teme que evoluciones emocionalmente sin él y que se quede atrás o lo superes. Cree que todo está bien entre ustedes o contigo, pero no es capaz de ver que hay situaciones que tienen que resolverse.
4. Inseguridad o baja autoestima.
Se siente insuficiente y teme que al mejorar tú, veas que “mereces algo mejor” que él. También piensa que te alejarás de él si creces emocionalmente.
Su autoestima es tan baja que ve esta situación como un reemplazo y preferirás a tu terapeuta en vez de a él.
5. Dinámicas de poder en la relación.
En relaciones más controladoras o desequilibradas, la terapia puede verse como una amenaza a lo que ha construido en manipulador, narcisista o egoísta.
Si hay manipulación emocional, la terapia puede interrumpir esa dinámica, porque tú tendrás las herramientas necesarias para poner límites o salir de ahí.
El prohibirte la ayuda psicológica, es otra forma de tener poder sobre ti y de tenerte atada a una relación tóxica.
6. Celos o sentimiento de exclusión.
Puede sentir celos del vínculo que tienes con tu terapeuta, cree que deberías confiar solo en él y no necesitar ayuda externa.
Sin embargo, esto refleja que pueden estar en una relación codependiente, en donde se están “apoyando” de forma tóxica.
¡Ojo con esto!
Habla abiertamente con tu pareja sobre por qué vas a terapia y aclara que no es una “acusación” contra la relación, sino una herramienta personal.
También evalúa si hay patrones de control o inseguridad que se están volviendo tóxicos. Y reflexiona lo siguiente: Si alguien se molesta porque estás cuidando de tu salud mental, ¿qué dice eso de la relación?
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y TikTok.