¡Mucho cuidado! Esto no sólo te pone en desventaja, es súper peligroso, estas son las señales de que amas más a tu pareja que a ti misma.
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¿Amas más a tu pareja que a ti misma?
Cuando amas a tu pareja más que a ti misma, estás dándolo todo para que una relación funcione, esto, en la gran mayoría de los casos concluye en priorizar la estabilidad emocional de tu pareja antes que la tuya.
De no ser así, podrías tolerar de mejor manera, esos días grises u oscuros en donde hay tensión entre ustedes o un problema simple se convierte en una gran tormenta.
¡Ojo! Puede ser que todo esto sea inconsciente, pero si tu prioridad está en ver a tu pareja feliz aunque eso signifique sacrificar tu paz, lo siguiente te sonará familiar.
1. Te quedas callada para que no se enoje.
Y eso, además de significar que no estás siendo franca, es un error gigante en una relación. Evadir una discusión por miedo a la reacción de tu pareja es una muy mala señal de que estás sacrificando tu salud emocional por miedo a la persona con la que compartes la vida.
2. Ofreces disculpas cuando no fue tu error.
Te disculpas por cosas que no deberías disculparte o asumes la responsabilidad cuando las cosas salen mal con tal de «llevas la fiesta en paz», ¿en serio crees que eso es llevar la fiesta en paz?
3. Haces malabares para darle gusto.
Así como lo lees, haces malabares con tu tiempo, con tus tareas, con tus emociones, con tu voluntad con tal de que la relación funcione.
4. Intentas hacer tú lo que tu pareja debería hacer en todos los aspectos.
Al hacer lo anterior tu pareja tiene menos rango de acción, lo que termina en dos cosas, la primera es que lo incapacitas o a que él lo ponga en práctica, la segunda es que se acostumbra a que seas la mujer que hace todo.
5. Sientes que algo en tu vida no anda bien.
Estás ansiosa, angustiada, estresada… Tus nervios están alterados.
6. Estás perdiendo interés en tus propias pasiones.
Te estás borrando, estás dejando de ser tú porque parece que todo gira alrededor de mantener tu relación a flote.
7. Estás cansada todo el tiempo.
Tu cuerpo no miente, es el reflejo de lo que hay en tu agitado interior.
No ames más a tu pareja que a ti misma, es importante que primero te ames a ti misma para poder dar amor, recuerda esa frase de: «nadie da lo que no tiene».
Ámate y ama al otro con todo tu ser, pero en equilibrio, en armonía, desde tu amor propio.
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