Hidratar una chamarra de piel es un paso importante para mantenerla en buen estado, de esta forma evitarás que se reseque, agriete o pierda su suavidad y flexibilidad.
Incluso, ayudarás a que te dure más tiempo y se vea como nueva. Además, de que la revitalizarás para que siga en perfectas condiciones y tus looks se sigan viendo increíbles.
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Tal vez, creas que esto no es necesario o que nunca lo has hecho y te han durado. Sin embargo, debes tener en cuenta que una chamarra de piel necesita de ciertos cuidados y que, si no se los das, no se verá como tú deseas.
A continuación, te dejamos algunos pasos para hidratar adecuadamente tu chamarra de piel:
Cómo hidratar una chamarra de piel
1. Limpieza previa.
Antes de hidratar la piel, es fundamental que la chamarra esté limpia. Para ello, usa un trapo suave y limpio o una esponja humedecida con agua tibia para quitar el polvo y la suciedad superficial.
Si hay manchas o suciedad más profunda, puedes usar un limpiador específico para cuero, que no sea abrasivo ni contenga productos químicos fuertes.
Deja que la chamarra se seque completamente, pero evita exponerla al sol directo o a fuentes de calor, ya que esto puede dañar la piel.
2. Elige un buen hidratante o crema para cuero.
Existen productos especialmente diseñados para hidratar y cuidar la piel, como aceites o cremas hidratantes.
Asegúrate de elegir un producto adecuado para cuero y que no sea agresivo. Algunas opciones comunes son: aceite de visón, es muy utilizado para nutrir el cuero y darle flexibilidad.
También puedes usar crema o bálsamo para cuero, se encuentra en tiendas especializadas y proporciona hidratación sin dañar la piel.
En caso de no tener productos especializados a mano, puedes usar aceites naturales, como el aceite de oliva o de coco, pero en pequeña cantidad, ya que pueden alterar el color del cuero.
3. Aplicación del hidratante.
Con un trapo suave o una esponja, aplica una pequeña cantidad del producto elegido sobre la chamarra. Es importante no saturar la prenda con demasiada crema o aceite.
Extiende el producto de manera uniforme sobre la superficie de la chamarra, frotando en movimientos circulares y suaves. Esto ayudará a que el hidratante se absorba de manera adecuada y no deje residuos.
Presta atención a las zonas más secas o agrietadas, como los codos, los hombros o los pliegues de la chamarra.
4. Deja que se absorba.
Una vez que hayas aplicado el producto, deja que la chamarra repose de 15 a 30 minutos para que el cuero absorba el hidratante. Durante este tiempo, asegúrate de no exponerla a fuentes de calor o humedad, ya que puede dañar el material.
5. Limpieza final y secado.
Usa un trapo limpio y seco para retirar cualquier exceso de producto que no haya sido absorbido por la piel.
Deja que la chamarra se seque al aire, lejos de la luz directa del sol o fuentes de calor como radiadores o secadores. Es importante que la prenda se seque de manera natural.
6. Mantenimiento regular.
Para mantener la chamarra en buen estado, hidrátala regularmente, especialmente si la usas mucho.
Generalmente, una vez al mes es suficiente, pero si vives en un clima seco o si la usas mucho, puede ser necesario hacerlo con más frecuencia.
¡No lo olvides!
Evita el uso de productos que contengan alcohol o productos muy grasos que puedan dañar el acabado de la piel.
Si no tienes experiencia en el cuidado de cuero, siempre es recomendable probar el producto en una pequeña zona discreta de la chamarra antes de aplicarlo por completo, para asegurarte de que no altere el color o la textura.
Si tu chamarra de piel es muy valiosa o delicada, considera llevarla a un profesional para su mantenimiento.
Con estos cuidados, tu chamarra de piel se mantendrá hidratada, suave y duradera.
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