Un día mi psicóloga me dijo “no corras detrás de un hombre que ya sabe dónde estás”, después de que yo le contará que siempre tomaba la iniciativa en mi relación.
Esto me cayó como un balde de agua fría, porque sentía que estaba haciendo lo correcto al dar todo de mí, aunque él no me diera lo mismo.
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Sin embargo, con la terapia, al trabajar en mi amor propio y con los desplantes de mi pareja, me di cuenta de la triste realidad.
Yo siempre estaba corriendo detrás de él y mi pareja parecía que huía de mí, que no estaba interesado en lo nuestro o que él estaba corriendo en otra dirección.
Ese “no corras detrás de un hombre que ya sabe dónde estás”, me llegó directo al corazón y me hizo entender que yo podía perseguirlo un sinfín de veces, pero jamás lo iba a alcanzar.
Porque él estaba corriendo más rápido que yo y hacia otro lugar, incluso, que jamás sería mutuo y que no me iba a corresponder…
No corras detrás de un hombre que sabe perfectamente dónde estás
Él sabía donde trabajo, donde vivo, quienes son mis amigos, que hago todos los días, mi rutina y cada paso que daba, porque yo siempre se lo estaba comunicando.
Incluso, trataba de involucrarlo en cada área de mi vida, y dijo que trataba, porque él no se interesaba y no quería ser parte de ella.
Yo le daba todo y a él no le importaba y menos le interesaba, incluso estoy segura que ni siquiera era capaz de verlo, porque siempre me reclamaba que no era suficiente y me exigía más.
Lo peor de todo era que él no estaba dispuesto a darme lo que tanto pedía y ni siquiera me daba lo mínimo.
Poco a poco me di cuenta de que yo me alegraba y era la mujer más feliz del mundo con las migajas de cariño que me daba, pero después supe que eso no alcanzaba y que merecía más.
Por mucho tiempo lo perdone y lo intenté una y otra vez, hasta que me cansé. Porque yo era la única que seguía corriendo para salvar lo nuestro.
Mientras que él se quedaba en el mismo lugar o solo prometía que cambiaría, pero solo eran palabras vacías para seguir jugando conmigo.
Las migajas dejaron de llenarme y me agoté de correr y de amar por los dos. Parecía que me había quedado sin nada, pero yo lo tenía todo y él había perdido a la persona que más lo había amado en el mundo.
No fue fácil, pero valió la pena totalmente la pena soltarlo a él, para agarrarme a mí. Por esto, te recomiendo que no corras detrás de un hombre que ya te demostró que no te quiere.
Deja de correr tras él
Tal vez, creas que este no es tu caso y que él solo es indiferente o su amor vale mucho y debes esforzarte por conquistarlo, pero te equivocas.
Él no vale más que tú y menos cuando le has dado todo y no ha sabido valorarlo, incluso, porque solo te ve como alguien con quien puede usar y desechar las veces que quiera.
Lo sé, es más fácil seguir corriendo y mintiéndote a ti misma qué ver la triste realidad.
Sin embargo, tienes que aprender a estar donde tu presencia sea valorada, sea preferida y deseada. La reciprocidad alimenta, edifica y construye relaciones sanas.
Aquellas en las que solo uno lucha o corre, son una mentira que saldrá a la luz tarde o temprano y que te lastimará mucho.
Debes tener presente que perder tu dignidad por sus migajas de cariño no vale la pena y jamás te hará feliz.
Solo entrarás en un círculo vicioso en donde creas que tú no eres suficiente y debes seguir esforzándote cuando claramente él es que no tiene nada bueno que ofrecerte.
Necesitas comenzar a ver que su mediocre amor no te está haciendo ningún bien y que está en tus manos dejarlo para elegirte a ti misma y así encontrar a un hombre de verdad.
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