Por azares del destino, tuve que convivir con la nueva novia de mi ex, al principio me nació el instinto de odiarla o creer que tenía que hacerlo por cómo terminó mi relación.
Sin embargo, con el tiempo decidí no prestarle atención o simplemente ignorarla, pero tuve que convivir con ella más de cerca.
Te recomendamos:
10 cosas que un ex ardido estará dispuesto a hacer para llamar tu atención
3 formas de verte más alta y con estilo
¡Échale un ojo al Facebook de Hey Hey Hello! ?
Al conocerla un poco más, me di cuenta de que ella no era la villana de mi historia con mi ex y que no había motivos para odiarla.
Que fuera la nueva novia de ex, no era su culpa, simplemente ella formaba parte de la nueva vida de él, pero no de la mía.
En algún punto, sentí la necesidad de contarle mi historia y de advertirle lo que le esperaba, sin embargo, me lleve una gran sorpresa con su respuesta y me enseñó esto:
4 cosas que me enseñó la nueva novia de mi ex
1. No era mi obligación advertirle nada.
Al querer contarle detalles de mi relación, su expresión me lo dijo todo, “no era necesario” y tampoco válido.
La relación que tuve con mi ex y todo lo que pasó en ella, solo nos competía a nosotros dos. Y aunque cada uno tiene su versión, eso no cambiará la relación que ella tiene con él.
Mi obligación no era advertirle o señalarle sus errores, simplemente debía dejarla en paz y que viviera su historia de amor.
Mi ex no era mala persona, simplemente no fue lo que yo esperaba y ese ya era problema mío, no de ella.
Incluso, solo debía pensar que le fuera bien y que está vez él fuera una mejor pareja.
2. Ella no era la villana de mi historia ni tampoco él.
Su experiencia no sería la misma. Él ya no era la misma persona que conocí y ella era muy diferente a mí, por lo que su relación no iba a ser la misma.
Y tampoco tendría que serla. Así que, mi opinión o mis consejos estaban de más.
También no era la mala del cuento, pero tampoco mi ex. No existía un bueno o un malo en la historia. Simplemente fuimos dos personas que no estaban destinadas a ser.
3. No era mi rival, pero tampoco era mi amiga.
No éramos ni amigas ni rivales, pero era una mujer a la que le debía todo mi respeto y admiración.
Porque tengo que reconocer que realmente me agradaba y en otras circunstancias hubiéramos tenido una buena relación.
Como ya mencioné no tenía porqué odiarla, porque no fue la tercera en discordia en mi relación y si lo hubiera sido, la culpa sería de mi ex, no de su nueva novia.
4. Necesitaba hablar con mi ex, no con ella.
Cuando quería contarle mi experiencia con su pareja, me di cuenta de que si tenía que hablar algo tendría que ser con él y no con ella.
No solo para aclarar algunas cosas, también para soltar y curar las heridas que me dejó la relación y el rompimiento.
Con esto, no quiero decir que corras a hablar con tu ex o a llevarte bien con su nueva novia, sino que no te equivoques al juzgar a alguien por tener una relación.
Tarde o temprano él iba a tener una nueva relación y en ocasiones esto suele suceder antes de que cierres el capítulo.
Sin embargo, esto puede ser un punto a tu favor, para entender que ahí ya no es, mereces algo mejor o que esa relación ni siquiera valía tanto.
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.