Llega una edad en la que no queremos estar con alguien inmaduro, y parece que una vez que entendemos la importancia de la madurez, no hay vuelta atrás y empezamos a ser más exigentes en nuestra relación de pareja.
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El problema de estar con alguien inmaduro es que la estabilidad no es constante y sobran problemas que son como bolas de nieve, no se detienen y se hacen más grandes.
¿Te suena familiar lo anterior? Pues prepárate para lo siguiente, 7 señales de que estás al lado de alguien inmaduro.
1. Reduce la comunicación.
Su comunicación depende de su humor, si está de buenas, todo fluye, pero si está de malas, comienza a poner barreras en su comunicación.
Es decir, no te responde los mensajes, no te llama o incluso no contesta tus llamadas.
Esto sólo demuestra que no tiene la capacidad emocional, ni la disposición para hacer aclaraciones que construyan.
2. Prioridades incongruentes.
Si bien, es respetable que sus prioridades sean las que sean, pero llega un momento en donde se necesita la coherencia entre lo que se desea, lo que se tiene y lo que se hace según el estilo de vida y las aspiraciones.
Por ejemplo, si necesita ahorrar para pagar la mensualidad de su carro, pero gasta el dinero en paquetes de sus videojuegos o en salidas con amigos, no trabaja a favor de sus prioridades y necesidades, sino de sus caprichos.
3. No asume ni trabaja sus emociones.
Así que hay problemas que no tienen soluciones rápidas o efectivas pues no se trabaja en equipo ni cada uno por separado asumiendo sus responsabilidades y emociones.
Es importante «amar» y ser personas completas capaces de distinguir y manejar sus emociones.
4. No tiene empatía.
No le es fácil ponerse en tus zapatos, sólo percibe el mundo desde su realidad y criterio.
5. Es egoísta.
Más allá de ponerse en tus zapatos, nunca piensa en tu calzado… Es decir, sólo piensa en sí mismo, en sus horarios, en sus objetivos, en su entorno, en lo que quiere o no.
Se olvida que también puedes tener una opinión o un disgusto por sus decisiones, algo que puede generar insatisfacción en ti.
6. Todo lo quiere arreglar en la cama.
¡Ojo! Las reconciliaciones que terminan en la cama son deliciosas, ¡claro que sí! Sin embargo, hay momentos en donde se necesita hablar, aclarar, ofrecer disculpas y perdonar.
7. No te sientes segura.
Esto es breve: En tu interior no te sientes amada con constancia y esto te genera inseguridad.
¿Qué opinas? ¿Le dimos al clavo?
Ahora reflexiona que ante este escenario es donde debes protegerte antes de poner en riesgo tu autoestima y amor propio.
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