Mi vida no ha sido perfecta, es más, ha sido tan imperfecta que me ha permitido transformarme en una mujer decidida que sabe lo más importante: lo que NO quiere.
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Soy una mujer decidida
He tenido algunas experiencias que me han dejado grandes lecciones y aunque no pueda definir con exactitud qué es lo que quiero en la vida, sé lo más importante, lo que no estoy dispuesta a aceptar.
Aunque puedo decir que no ha sido fácil y que ha habido días dolorosos y decepciones que jamás vi venir, de todo he aprendido.
Sé que la confianza se gana, el amor se construye y que el éxito no llegará sin talento o sin esfuerzo.
Me consta que existe la suerte y que así como existe la buena vibra, existe la envidia.
Creo que puedo distinguir entre los diferentes caminos de la vida, aquellos que se ven fáciles y aquellos que inspiran miedo o melancolía. La intuición es el fruto de la percepción más la experiencia.
Y, sí, no puedo decir lo que quiero ni lo que espero del amor o de una pareja, porque la vida me ha enseñado que los planes pueden cambiar de un momento a otro, por ello, prefiero vivir al día teniendo claro que:
Sé lo que no quiero
No quiero a mi lado a una persona que dude querer tenerme de su mano, que se apene de un nosotros o que se aferre a hacer todo a su manera.
Los celos, desconfianzas y mentiras me dan flojera y no estoy dispuesta a sufrir por ello.
Me aburren las personas egoístas, mal intencionados y lentos para expresar sus emociones.
No quiero encontrarme convenciendo a alguien de quedarse a mi lado, no quiero ser la única que cargue con la responsabilidad de mantener una relación ni ser la que más ama.
Tampoco deseo estar con alguien que no me corresponda y que no me haga sentir lo mejor que le ha pasado.
Lo sé porque yo ofrezco eso, porque está en mi naturaleza darlo todo, entregarme y esperar que sea recíproco, por eso sé que no quiero volver a abrir mis brazos para recibir lo que no me llega completo.
Puedo tolerar, ceder y cooperar, pero no puedo «aguantar» un cariño lleno de dudas, la vida está hecha de certezas, de demostraciones, detalles, no de mareas altas llenas de palabras huecas.
Soy una mujer decidida que sabe lo que no quiere, ¿eres como yo?
Entonces quizá sepas o debas saber que el precio de ser así es alto, no se acepta a cualquiera ni se cede ante las ganas de sacudirnos la soledad, pues en cuanto se vea una señal de que está enfrente de nosotros lo que no queremos, soltamos la oportunidad, es como si fuéramos difíciles de convencer, ¿verdad?
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