Todos tenemos un límite…
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Siempre me lo dijeron y siempre lo he sabido: el amor NO es lo que se acaba, es la paciencia la que se agota. Todas las personas tenemos un límite, algunas menos que otras y, a veces parece que la paciencia es puesta a prueba.
Conforme pasas tiempo con una persona aprendes de ella y esa persona de ti. Sabes la mirada que pone cuando algo le disgusta, conoces cuando una sonrisa es forzada y una sincera, cuando tiene hambre, cuando está triste o enojado…
Sin embargo, el amor NO es aguantar: no es probarse el uno al otro para ver cuáles son sus límites y hasta donde llegar la paciencia del otro. El error de los seres humanos es creer que por amor nos aguantarán TODO sin importar quién sea y cuándo sea.
El amor no se acaba, la paciencia sí: quien nos ama no necesitará que le estemos recordando algo que es importante para nosotras, no dará por hecho una situación… No esperará a que el caos esté en puerta para darse cuenta que pudo actuar antes y evitar todo.
Cuando crecemos llegamos a una edad en la que entendemos que no estamos para recibir migajas de amor ni mendigarlo, quién te ame evitará dañarte de alguna manera, evitará llevarte al extremo de las circunstancias, evitará que caigan en extremos para que alguno de los 2 entienda que la paciencia y la tolerancia sí se agotan y que tienen un límite.
El amor entre 2 personas podrá ser muy visible, podrá ser la razón por la que aguantes y creas que las cosas van a mejorar pero, ¿Qué sucede cuándo a uno de los involucrados no le quedan ganas de seguir? Cuando estamos enamoradas damos lo mejor de nosotros, ese amor nos hace bien, nos hace crecer y nos llena; pero cuando nuestra pareja tiene inseguridades de poco servirá si no las deja de lado.
En el mundo no hay nadie igual a nosotros, por ello entendemos que cada persona tiene motivos y razones diferentes para actuar, sin embargo, si una persona sigue con nosotros a pesar de los malentendidos, diferencias y peleas que existan y, la otra personas sigue desconfiando de la relación… Muy difícilmente se dará cuenta a tiempo de que está cometiendo un grave error.
Es cierto que el amor todo lo cree y soporte, pero existen ocasiones en las que es mejor alejarse del conflicto: tomarse un tiempo para calmarse, para ver la situación desde otra perspectiva y, entender mejor qué haremos a continuación si queremos arreglar la situación o aprender de lo que hicimos mal.
En ocasiones el amor no es lo que se acaba, es la paciencia la que nos hace decir «ya no más». Así actúa un ex que te sigue amando.