Cada vez más mujeres toman la decisión de ser madres pasados los 30 años, o incluso pasado los 40. El retraso en la maternidad se atribuye a los tiempos en que estamos viviendo, y aunque muchas veces los médicos recomiendan lo contrario por temas de salud, es una opción que cada vez más mujeres toman para su vida. Según cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas de España (INE), el 2015 37,7% de las mujeres que fueron madres tenían 35 años o más. La edad promedio que se está teniendo para ser madre en dicho país es 30,67; en 1975 era a los 25. Y esta tendencia se está dando en varios países.
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Las razones para evitar el retraso en la maternidad se basan principalmente por temas de salud: se agota la reserva de óvulos, disminuye la calidad de éstos, se dificulta el embarazo, hay más riesgos de salud para los bebés, entre otros puntos médicos. Pero el tema es que hoy los avances en este ámbito también permiten a las mujeres poder tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, la criopreservación de óvulos a edad temprana (20 o 30 años) ayuda con el tema de los óvulos de peor calidad.
Un estudio realizado por Elena H. Corrochano llamado Estudio Etnográfico sobre la maternidad “primípara” tardía en la comunidad de Madrid muestra que esto se da por “cuestionamiento del modelo de familia tradicional y la emergencia de modelos de familias alternativos”; así como “un cambio en las expectativas personales respecto a las relaciones de pareja. La mayoría de las mujeres entrevistadas no solo buscan una pareja con quien compartir experiencias vitales, sino que también desean un padre o co-madre corresponsable con lo que significa la paternidad”.
El mercado laboral, la independencia, las expectativas personales, la relación de pareja y el tema económico son algunos factores que los expertos manejan como posibles gatillantes de la decisión de ser madre a una edad más madura. Y esta opción se debe en parte también, gracias a los avances en medicina en temas de tratamientos de fertilidad, que en países como España no tiene límite de edad para poder realizarse (aunque la recomendación es que no sea más allá de los 50 años por temas de salud para el bebé y la madre).
Además, otro factor que no es menor, es que hoy las mujeres de 35-40 años no son las mismas de antes. La realidad en varios países indica que las mujeres prefieren un embarazo a edad más adulta ya que se basa en una decisión tomada con tranquilidad y después de haber disfrutado de su libertad, para avocarse a una maternidad consciente, tranquila y sin cuestionamientos.
Según la investigación de Elena H. Corrochano, elegir tener hijos a una edad más avanzada permite a las mujeres “compatibilizar vida pública y maternidad, anteponiendo sus criterios de curso de vida a los normativamente establecidos. […] Ya no esperan hallar un consenso con la pareja, ni a sentirse o no preparadas para ser madres. Las mujeres entrevistadas ya han superado demasiadas coyunturas vitales como para retrasar más el deseo de la maternidad”. Están más centradas: “Haber disfrutado de la vida les permite ahora dedicarse al bebé sin añorar otras cuestiones”.
Por su parte, Diana Sánchez, Presidenta de la Asociación Española de Psicología Perinatal agrega que “las madres mayores tienen mejores habilidades maternales, son menos impulsivas y por su experiencia, están mejor preparadas para este papel”.
Investigaciones realizadas en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, destacan las ventajas sociales de una maternidad más madura. Para los científicos un hijo de padres mayores puede beneficiarse de una mayor experiencia de ellos, además de contar con una situación económica mucho más favorable. Para los investigadores “La ventaja social compensa hasta cierto punto la desventaja biológica”.
Otro beneficio que destaca una maternidad más madura es el tema de las notas escolares. Un estudio realizado por Mikko Myrskylä, director del Max Planck Institute for Demographic Research y publicado en Population and Development Review los niños nacidos de madres que están en los 40 años (o cercanas) tienen mejores calificaciones escolares. Para llegar a esta conclusión, recogieron datos de 1,5 millones de hombres y mujeres suecos nacido entre 1960 y 1991 y evaluaron la relación entre la edad de la madre al momento del nacimiento, y las calificaciones obtenidas en la educación secundaria, así como el nivel de educación total alcanzado. Curiosamente, el estudio también correlacionaba la mayor edad de la madre con una mejor salud tanto física como emocional, y con una mayor altura con respecto a sus hermanos, que nacieron cuando las mujeres tenían 20.
Hoy en día son muchas las mujeres famosas que han tomado esta decisión. Algunos ejemplos son Janet Jackson (50 años); Salma Hayek (su primera hija nació a sus 41 años); Uma Thurman (a los 42); Nicole Kidman (se convirtió en madre biológica por primera vez a los 40 y por segunda vez a los 42); Susan Sarandon (su primogénito a las 43 y el segundo a los 46).
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