Parece que la sociedad ha hecho que Disney cambie su concepto de princesa y haciendo un repaso por sus últimas producciones podemos ver un esfuerzo que podría provocar un cambio importante.
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Las historias originales son cuentos de escritores como los Hermanos Grimm o Hans Christian Andersen, que al momento adaptarse al cine, tuvieron cambios significativos para hacer historias atractivas para el público infantil.
Como ejemplo podemos mencionar a «La Sirenita», que en la versión de Christian Andersen el príncipe se casaba con otra y Ariel, enojadísima hasta los huesos, buscaba al príncipe para asesinarlo aunque se arrepientió en el momento y se echó al mar desvaneciéndose como espuma y convirtiéndose en una alma etérea que deberá hacer muchas buenas acciones para disfrutar del descanso eterno.
¡Vaya cambio!
La aparición de Ariel fue en 1989, pero Blancanieves fue la primera en 1937 y luego Cenicienta en 1950 y todas estas versiones Disney tuvieron finales similares; aunque en casos como «Pocahontas», «Mulan», «La princesa y el sapo» o «Valiente», se comienzan a notar cambios en el discurso.
Las primeras princesas que Disney nos ofreció y con las que crecimos tienen siempre un final feliz, que consistía en que un príncipe (o cualquier hombre que ellas amaran) las rescataba y vivían felices para siempre con su primer y único amor.
Las niñas de los 80 y los 90 crecimos bajo este concepto en el que un buen final era la boda, con el príncipe y eso era todo a lo que podías (y debías aspirar). Lo mejor que te podía pasar en la vida era ser notada por el hombre de tus sueños y esperar que te llevara al altar para vivir felices para siempre.
Afortunadamente, en algún momento de la historia, Disney vio el discurso que estaban contando todas sus princesas y decidió iniciar una serie de cambios para crear personajes femeninos mucho más fuertes y con discursos empoderadores no sólo para mujeres, sino para cualquier grupo social excluido de sus cintas anteriores.
Pensando en esto buscaron la orientación de Judy Reith, una experta en crianza para analizar las características de Rapunzel y Bella, 2 princesas muy distintas entre sí y con 2 personalidades controversiales, aunque con el mismo final en la película de Disney.
Además les pidieron a 5 mil padres que enumeraran las cualidades más importantes que deberían tener sus hijas de 6 a 12 años. Este ejercicio tuvo como resultado una lista de 10 cualidades que los papás (y Judy Reith) consideramos que deberían tener las niñas de hoy en día.
Con esto Disney tiene una nueva guía de personalidad y comportamiento que aplicar a sus próximas películas porque, las princesas modernas, deben vivir bajo estos 10 mandamientos:
1. Cuida a los demás.
2. Vive sanamente.
3. No juzgues un libro por su portada.
4. Sé honesta.
5. Sé una amiga en la que puedan confiar.
6. Cree en ti misma.
7. Corrige tus errores.
8. Haz tu mejor esfuerzo.
9. Sé leal.
10. Nunca te rindas.
Los padres también tuvieron que nombrar a tres mujeres que les gustaría fueron modelos para sus hijas y las 3 respuestas más populares fueron: Michelle Obama; Kate Middleton, y la atleta olímpica Jessica Ennis.
Parece que las cosas están cambiando y nos da gusto que Disney sea parte de este movimiento… Porque necesitamos dejar de decirles a nuestras hijas que su vida será un cuento de hadas.
Y Disney necesita vender un discurso diferente a las princesas modernas.
