Hay muchas cosas a las que no debemos ser indiferentes, el hambre, la guerra y la injusticia son tres cosas que deben provocarnos algo, y si trasciende el enojo y la tristeza y se convierte en una acción, es mucho mejor, eso fue lo que pasó con el artista Falko, quien decidió cambiar la percepción de barrios humildes en Sudráfrica.
¿Su misión? Llenar de color y esperanza los rincones de Sudáfrica que esperan un tiempo mejor, así que le dio vuelo a su creatividad, con ayuda de su imaginación y pintura en aerosol, transformó paisajes comunes en una galería de arte gracias a sus diferentes diseños que parecen un sueño.
“Erase una vez una ciudad”, es el nombre del trabajo del artista urbano que fue fotografiado por Luke Daniel y patrocinado por Red Bull.
En la cuenta oficial de Instagram de Falko encontramos las imágenes y quisimos compartírtelas para que aprecies su talento, su esfuerzo y sobre todo como una pequeña acción puede marcar una gran diferencia.
Sentimos que a veces se tiene la errónea percepción de que imaginar es cosa de niños, o que es exclusivo para los artistas, sin embargo, Falko nos demuestra que si abrimos los ojos podemos distinguir las oportunidades para sacar nuestro lado creativo y su resultado será mejor de lo esperado.
¿Qué opinas de su obra?
Estas iniciativas son las que vale la pena compartir.
Un graffiti puede significar para alguien el comienzo de un sueño que encontró en formas y colores, puede ser la esperanza necesaria para luchar por algo mejor.
Dejemos de ver las carencias, incluso en nuestra vida diaria, esforcémonos por empezar a ver dónde están las oportunidades para hacer un mundo distinto, un lugar mejor.