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5 tips para mejorar tus hábitos alimenticios (poco a poco)

¡Toma nota!

Espero te funcione

Esto es lo que a mí me ha funcionado y, por ello, quiero compartirte, son 5 tips para mejorar tus hábitos alimenticios, poco a poco para que sí los cumpla de ahora en adelante.

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En Reels de Instagram o videos de TikTok sobran las recetas de cocina saludables o los consejos típicos para dejar de comer aquello que tanto nos gusta.

Pero, siendo honestas, eso aplica para las personas que ya tienen esa dinámica, hábitos y presupuestos.

Así que, aquí vamos de a poco a poco pero sin retroceder.

5 tips para mejorar tus hábitos alimenticios

Esto es lo que a mí me ha funcionado, espero que te sean de ayuda.

1. «No tomes refresco».

El típico consejo de «no tomes refresco», ojalá fuera tan fácil dejarlo, más allá de su sabor o qué tan refrescante puede ser, es cierto que el azúcar causa una sensación placentera, nos da un «subidón» que suele hacerse adictivo.

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Lo que yo hice fue empezar a duplicar mi consumo de agua por el del refresco, es decir, si tomaba un vaso de refresco, debía tomar dos vasos de agua y ese fue mi mantra «por cada vaso de refresco dos de agua».

Para cuando llegaba el momento del segundo vaso de refresco o no tenía sed o pensar en tomar más agua me desalentaba el antojo del refresco.

Esto no sólo bajó mi consumo de refresco, sino que aumentó mi hidratación saludable y hay días en los que ya no recurro al refresco o sólo lo tomo con los taquitos y me siento súper bien.

2. «No comas pan».

Entendí que lo importante era consumir pan con más beneficios a mi cuerpo que solo los carbohidratos, así que dejé las harinas refinadas o pan blanco y opté por harinas integrales.

3. «Toma menos azúcar».

Además de medir mi consumo de refresco, reduje mi consumo de azúcar en café, jugos y dulces.

Unsplash/Logan Isbell

El café, en vez de usar dos cucharaditas por taza, comencé tomando una, después la mitad de una y le encontré un nuevo sabor a mi café.

Evito tomar jugos naturales, prefiero comerme la naranja y la toronja en gajos, así, además de no consumir tanta fructosa, ingiero la fibra de las frutas y siento más saciedad.

4. Presupuesto.

Seamos sinceras, no todos los regímenes alimenticios son amigables con nuestro bolsillo, así que la quincena en la que estoy más relajada de gastos, me permito comprar los ingredientes más caros y no me estreso porque no pueda mantener esto todo el mes.

Lento pero constante y seguro.

5. No ceno cereal ni yogurth.

Dejé la practicidad del cereal o de la avena de sobre, así evito la grasa de la leche y del azúcar procesada de todo lo demás.

Ceno un plato de frijoles de la olla, un bistec con calabaza a la plancha o un taquito de queso panela.

Si me da mucha hambre, ceno un sándwich de jamón con queso, con jitomate y aguacate.

Estos cambios han sido paulatinos pero seguros, aunque llevan 3 compromisos:

*Cumplir con mi palabra

Es decir, si solo es un vaso de refresco al día, sólo será ese vaso de refresco, no más y así con todo.

*No buscar recompensas inmediatas

No pretendo bajar de peso, sino sentirme mejor conmigo así que no me obsesiono con la báscula o la talla, sino me enfoco en mi bienestar.
*No compararme con otras personas

No comparo ni mi imagen, ni la comida de otros, ni nada con lo mí o de lo mío.

Se trata de no prohibirme alimentos, no culparme ni castigarme, sino de procurar mi bienestar y mi felicidad y, en ese sentido, estoy segura de que la comida y el ritual de compartir la mesa con tus seres queridos es felicidad, así que, mejorando mi relación con la comida he mejorado mis hábitos alimenticios a favor de mi salud.

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