Sanar el corazón en momentos de crisis es un proceso que requiere de tu paciencia, tiempo y sobre todo, voluntad, esas ganas de salir adelante.
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Por supuesto, no es fácil pero no tienes porqué frustrarte al pensar esto, la vida nos da oportunidades y experiencias para aprender y hacernos más fuertes, respectivamente.
Piénsalo de esta manera, cuando estás abajo, lo único que queda es subir… Así que abrázate, envuelve tu interior con amor y pensamientos que te hagan bien.
Piensa en todo aquello que has superado y te da llevado hasta hoy, si has podido con esto, seguramente podrás con tu presente y lo que te espere le dará aún más sentido y consciencia a tu vida.
Si estás en camino de sanar el corazón, repítete estas frases:
1. «Piensa en tu libertad».
Qué sentido tiene vivir una vida con las alas rotas, ninguno. Piensa en tu nuevo vuelo, en esa sensación de libertad que, por ahora, se esconde tras el dolor.
2. «Su interpretación no es tu responsabilidad».
Asume tus palabras pero no la interpretación que otros les den.
Tú eres dueña de tus palabras y silencios, pero no puedes hacerte chiquita para entrar al cerebro de otros y confirmar que el mensaje que diste fue el correcto.
¿Tendrías que esforzarte tanto por hacer que alguien que te ama crea en ti, en tus intenciones y en tus valores?
Si bien no podemos ir por la vida diciendo lo que se nos venga a la mente, hay que saber distinguir cuando nos equivocamos al expresarnos y cuando la gente sólo interpreta lo que quiere según sus condiciones emocionales.
3. «Piensa desde tu amor propio no desde tus expectativas».
Es decir, actúa desde lo que sabes que te mantendrá segura y a salvo, no desde lo que quieres que sea y no es. Así de simple y fuerte a vez.
4. «Las personas sí cambian pero sólo cuando reconocen que necesitan cambiar y trabajan en ellos para lograrlo».
No puedes hacer nada por otra persona si no está dispuesta a hacerlo ella. No cambiará o modificará conductas dañinas si no lo quiere hacer por medio de introspección, trabajo individual o psicoterapia.
5. «A veces la vida te quita lo que quieres y te deja lo que necesitas».
Así es, así pasa, no te aferres a lo que quieres si eso te hace daño, tu paz no tiene precio y vale todo.
Quizá por mucho que deseas algo, necesitas otra cosa en tu vida y sólo el tiempo y la experiencia te lo irán explicando.
¡Ánimo! Hay días en donde no ocurre nada y hay días en los que todo cambia, agradece lo que te ayuda a transformarte en tu versión más genuina y llena de brillo aunque por momentos el dolor caiga en forma de lágrimas. No estás sola.
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