Si eres la otra y crees que tu amorcito algún día cumplirá la promesa de dejar a su esposa por ti, ¡agárrate!, porque hay muy pocas probabilidades de que eso pase.
Si decidiste ser la amante de un hombre infiel, debiste haber pensado las consecuencias de tus actos y una de ella es quedarte vestida y alborotada.
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Tal vez, él te ha dicho que tiene problemas con su esposa o que muy pronto la dejará, pero la realidad es muy diferente.
No solo te dice todo esto para envolverte y beneficiarse de lo que le das, también para que al final él sea el bueno y tú la mala.
Es decir, él dirá que fuiste una aventura, tú lo sedujiste o todo fue tu culpa, para salir bien librado de la situación.
Lo peor de todo es que él no dejará a su esposa, no solo por comodidad también porque te ve como alguien que uso y es momento de desechar…
La razón por la que un infiel no cambia a su esposa por su amante
Lo sabemos algunos infieles prefieren a su amante, porque se enamoraron o hubo algo que los mantuvo ahí.
En la mayoría de los casos, él no se queda con la aventura y vuelve a los brazos de su pareja.
Según expertos en la materia, hay 5 razones por las que un infiel jamás se queda con la otra y son:
1. Comodidad.
Un infiel tiene el descaro de asegurar que la familia es lo más importante y no deja a su pareja por el bien de los hijos y el matrimonio.
Además, cree que puede tener 2 vidas (relaciones amorosas) al mismo tiempo y salir bien librado de ellas.
2. Segunda opción.
Él siempre verá a la otra como una opción sencilla a la que puede recurrir para despejarte de la cotidianidad.
Sin embargo, si ella quiere llevar las cosas a algo más, preferirá buscar una segunda opción que no le pida nada y le de todo.
En ocasiones, un infiel siempre verá como “menos” a su amante, porque si aceptó sus términos es porque no se respeta ni valora.
3. Es diversión.
Su estrategia es simple, pasarla bien hasta que todo se vuelva aburrido o lo descubran.
No le interesa formalidad y menos un compromiso, por esto, cuando la “fiesta” se acaba, se aleja y no da más.
4. Perdería más.
Legalmente una amante no tiene nada que reclamar y tampoco se puede beneficiar de lo que su amorcito tiene.
El infiel tiene claro que pagaría las consecuencias de su aventura y prefiere perder a su amante que a su estabilidad económica.
5. No quiere que los papeles cambien.
Es decir, no quiere volver al circulo vicioso que lo “obligó” a buscar a alguien más. Un infiel cree que si convierte a su amante en su esposa, la relación se volverá aburrida y tóxica.
Por esto, no cede a una relación real, porque cree que perdería todos los beneficios que ya había ganado.
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