Lo siento, mundo… Perdono pero nunca olvido.
Sé perdonar pero también sé dejar atrás y, sobre todo, sé que una vez que la confianza se rompe nada vuelve a ser como antes.
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La vida me ha enseñado a ser fuerte, decidida y tolerante, así que podría perdonarte si me haces daño, pero mi carácter siempre me ha aconsejado que nunca debo permitir que alguien intente pasar encima de mí, de mis valores, de mis derechos o de mis emociones.
Así que mis fortalezas son las que me guían y si me haces daño, el perdón llegará pero con él me alejaré tan lejos como sea posible.
No soy de las mujeres sumisas que pueden perdonar y seguir adelante con el alma en un hilo y el corazón hecho un desastre, soy una mujer fuerte, que no se achica, que no se opaca, que se enfrenta a todo, incluso a sus propios miedos e inseguridades.
En todo caso, empezar de cero siempre me impondrá, pero eso no me detendrá a continuar.
Puedo perdonar de corazón…
Pero no por eso olvidaré y seguiré igual, para mí es normal hacer a un lado todo lo negativo y seguir adelante pero a su vez, alejarme de aquello que me hizo daño pues como dicen por ahí: «la primera vez es tu culpa, la segunda vez, es mi culpa».
Así que, siéntete libre de ser tú, de hacer lo que deseas pero si en determinado momento haces algo que me lastime, no te daré una segunda oportunidad, a menos que así lo considere pero te lo digo de una vez, no será fácil.
Lo siento, así soy, me gusta perdonar pero más me gusta alejarme del dolor anunciado.
Pienso que si así fuéramos todos, sería más sano entablar relaciones amorosas, porque sabríamos cuando retirarnos después de que nos hacen daño, sabríamos perdonar y ser perdonados, pero la realidad es que a muchos se les complica ser así.
Yo te invito a que perdones de corazón pero no antepongas tu paz mental y tu estabilidad emocional por un perdón que no sepan valorar.
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