Navegando en Facebook me encontré con un texto que se llama «Parejas Tóxicas», es breve y concreto, pero también una estupenda oportunidad para la reflexión.
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El texto lo vi por primera vez en la página de Alejandra Ortega, desconozco si ella quien lo escribió, pues como muchos otros pensamientos de internet, no tiene autor.
Por si tú no lo has visto, aquí te lo dejamos.
«Parejas Tóxicas»
No es verdad que Él sufra por tu culpa.
Él sufre porque ya era infeliz antes de conocerte.
No es verdad que Ella se «deprima» porque le falta tu amor.
Ella ya andaba deprimida antes de encontrarte.
No es verdad que Él se haya vuelto celoso porque eres demasiado sociable.
Él ya era celoso porque nadie le enseñó a valorarse.
No es verdad que Ella se sienta abandonada porque no te controla.
Ella ya se sentía sola antes de entrar en tu vida.
No es verdad que Él se haya vuelto dependiente porque «Te ama demasiado».
Él ya era dependiente e inseguro antes de amarte.
No es verdad que Ella necesite tus besos para sentirse segura.
Ella ya era insegura antes de cruzarse en tu camino.
No es verdad que Él quiera estar a tu lado siempre para «protegerte».
Él ya era un hombre posesivo antes de declararse.
No es verdad que Ella no pueda vivir sin ti y quiera morirse.
Ella ya era una mujer enferma antes entrar en tu vida.
No es verdad que existan parejas «tóxicas»
Lo que ocurre es que hay mucho dolor latente, esperando ser sanado por el otro.
Y esa labor, no le corresponde a nadie, ni a tu pareja.
Solo a TI MISMO.
Empieza por ti…
Hazte cargo de ti
¿Ya lo habías leído antes?
La reflexión
Sí, es cierto, en ocasiones cargamos en la espalda de forma inconsciente con heridas que no hemos sanado y que nos hacen más vulnerables ante ciertas experiencias.
Nuestra infancia, la forma en la que vimos que se trataban las parejas cuando éramos pequeñas, nuestro historial amoroso y nuestra personalidad, a veces, incluso hasta nuestros niveles hormonales, nos moldean, sin embargo, hay algo que el texto no está considerando.
En ocasiones podemos traer con nosotras heridas sin sanar y hasta, fantasmas o traumas del pasado, pero no siempre, es lo único que nos orilla a equivocarnos o perdernos en la relación.
La persona que está a nuestro lado, el entorno de esa persona y lo que construimos entre ambos, es también un factor de peso que influye en nuestras decisiones y actos.
Si bien, podemos ser celosas, controladoras, dependientes o tóxicas, en algunos casos esto ocurre cuando somos sometidas a algún tipo de maltrato, pues antes de esto, ocurrieron cosas que pusieron turbia la relación.
No estoy diciendo que sea sano ni que por ser así es aceptable, se trata de entender los contextos de cada persona.
Habrá quien sea tóxico o tóxica y se vaya por la vida buscando alguien a quien «amar» a su manera, pero también están las personas que hacen lo que pueden con lo que saben y con lo que tienen tratando de dar su mejor esfuerzo y aún así, caen en relaciones tóxicas.
Por otro lado, hay que mencionar que, por ejemplo, la violencia psicológica es muy difícil de identificar porque es la más sútil de todas, por lo tanto a veces, no hay forma de salir de ella, pues no se reconoce fácilmente.
El texto funciona para entender en primer plano lo que son las relaciones tóxicas, pero debemos estar conscientes de que, no siempre la toxicidad es tan palpable, no siempre llegas herida, a veces te hieren y te cuesta meses, años, toda la vida darte cuenta, incluso hay quienes nunca pudieron abrir los ojos ante la situación.
Por eso, si conoces a alguien que esté en una relación tóxica, no juzgues a esa persona, apóyala porque está peleando una batalla que quizá aún no puede ni ver.
Claro, hazte cargo de ti y eso incluye salir de una relación en la que no hay trabajo en equipo.
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