Si crees que a tu ex o otra persona no le importó perderte, lee esta reflexión, «¿Por qué la gente no tiene miedo de perderme?».
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¿Por qué la gente no tiene miedo de perderme?
Quizá no es que no les dé miedo, quizá es que simplemente no le importa o que, aún importándole, la balanza le benefició más al perderte.
Sus razones tendrán. Cada persona que decide perdernos, tiene sus motivos y, muchas veces, aunque no nos gusten, son respetables.
Cada quien decide, pero, así como otras personas deciden por su bienestar, paz o vida, nosotras debemos hacer lo mismo, decidirnos a nosotras primero.
Entonces, si estás desanimada porque un ex, amigo, miembro de tu familia o alguien no te valoró, piensa que quizá fue porque…
1. Le implicaste un reto.
Y no siempre la gente quiere asumir las pruebas de la vida.
Hace falta disposición y coraje para amar, para cuidar y para valorar.
2. Le significabas enfrentar situaciones que no ha querido resolver.
Las personas solemos ser espejos que reflejamos situaciones que no hemos resuelto con nosotros mismos.
Así que quizá, le reflejaste algo con lo que no estaba dispuesto a lidiar.
3. Tenía que crecer y superarse y prefirió su zona de confort.
A veces, por comodidad, las personas sueltan lo que los empuja a salir de ahí.
4. Prefirió el orgullo antes que al amor.
Es uno de los motivos más tristes pero suele pasar.
Aunque creemos que el verdadero amor no le da espacio al orgullo.
5. Por cobardía.
A veces la gente se hace chiquita ante la vida y la cobardía define sus actos, palabras e intenciones.
También están aquellos motivos reales y crudos:
6. Le importabas menos de lo que tú pensabas.
No queda otra más que aceptarlo para no aferrarse a lo que no es mutuo.
7. Porque tú estás dispuesta a perderte para no soltar a otra persona.
Porque ver que careces de amor propio, te ven como alguien débil que saben que pueden seguir lastimando.
8. Porque así tenía que ser y debías aprender algo.
La vida es esto, aprender a ser felices a pesar de lo que ocurre mientras esperamos cumplir nuestros sueños.
Después de esto, queremos invitarte a una seria reflexión.
No importa si la persona se fue, no importa si te dejó, incluso, si no despidió.
Deja de enfocar tu energía y pensamientos en adivinar sus razones para que le puedas dar sentido a su ausencia y así, continuar.
Acepta lo que pasó por los motivos por los que haya pasado.
Es muy desgastante que trates de encontrarle explicación a lo que no la tiene o quizá, cuando te llegue ya no tendrá caso.
Concéntrate en lo que necesitas hacer y quieres saber TÚ después de ver las acciones de la gente.
¿Qué te dará paz? ¿Qué te ayudará a sentirte menos triste? ¿Qué es lo que está en tus manos para sentirte más libre?
Cambia la palabra «Tener» por «querer», «necesitar» y «priorizar».
Por ejemplo, en lugar de pensar «Tengo que dejarlo ir porque él ya no está conmigo», piensa «quiero dejarlo ir porque él ya no está conmigo», «necesito dejar ir los recuerdo porque él ya no está conmigo», «priorizo mi presente porque él ya no está conmigo».
No pienses a tu trabajo emocional como algo que TIENES que hacer, si bien, tu estado de ánimo es tu responsabilidad, tus emociones son lo que te hacen ser tú misma.
Abrázate con amor, paciencia y bondad.
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