¡No confiamos en el amor por un miedo muy razonable!
La primera vez que nos rompen el corazón sentimos que el mundo se nos viene abajo y que no podremos encontrar el amor nuevamente.
Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrimos que esa persona no era la adecuada para nosotras, que solo fue parte del camino, pero no era nuestro destino.
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Fuimos queridas y pasamos grandes momentos al lado de esa persona, pero no era el amor de nuestra vida.
La razón por la que no confiamos en el amor tras una decepción amorosa
Así que nos aventuramos, sanamos las heridas y nos damos una nueva oportunidad de amar, pero ésta vuelve a fracasar.
Nos sentimos Juan Gabriel y cantamos “Yo no nací para amar, nadie nació para mí” a todo pulmón, nos desahogamos y sentimos que nunca encontraremos a esa persona especial.
Creemos que ya no podemos confiar en ningún hombre y menos en el amor, pues este siempre nos termina a traicionar.
Podríamos tener miedo a confiar debido a nuestras malas experiencias del pasado (conocido como pistantrofobia) o simplemente todo este tiempo hemos buscado el amor en lugares que sabemos que no nos lo pueden dar.
Amar es un acto de valentía
Dicen que el amor es solo para los valientes, aquellas personas que se atreven y lo entregan todo, pero ¿qué pasa cuando lo diste todo y no recibiste nada?
Por obvias razones te sientes decepcionada, frustrada y triste por estar ahí, al pie del cañón entregando tu corazón, cuerpo y alma a un amor mediocre.
La razón por la que no te atreves a confiar en el amor tras una decepción, es el miedo a perder.
A no triunfar con una nueva persona, a descubrir que cada amor que tienes llegará a decepcionarte o incluso a lastimarse.
Sin embargo, amar se trata de soltar el pasado y luchar por un mejor futuro. Dejar las malas experiencias atrás y escribir un nuevo capítulo en nuestra vida y en el amor.
No se trata de amar con los ojos cerrados y darlo todo, sino de apreciar lo bueno y luchar en los malos momentos y amar de la forma correcta.
Si no lo enfrentas, el miedo podría apoderarse de tu vida y evitar que seas feliz. Tal vez, no confiamos en el amor de otra persona, pero deberíamos confiar en nuestro amor propio.
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