Durante meses creí que nuestra relación estaba bien, que ambos deseábamos lo mismo y que ya habíamos trazado el camino que queríamos seguir juntos.
Sin embargo, me dejé cegar por todo el amor que sentía por ti.
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En el momento en el que te iba abrazar para acurrucarnos, te levantaste de la cama y me dijiste necesito que me necesites menos.
¿Qué dices?, te contesté y tú saliste de la habitación inmediatamente.
No sabía qué me estabas diciendo y menos entendía por qué me lo pedías. Creí que estabas bromeando o que te encontrabas demasiado cansado por el trabajo.
Después de eso, tardaste dos semanas en volver a casa, te llamé, te mande mensajes y te busqué por cielo, mar y tierra, pero no por la razón que tú creías.
Cuando te dignaste a volver, no me sentí triste, ni siquiera aliviada, estaba decepcionada de que creyeras que no podía vivir sin ti.
Necesito que me necesites menos
Pensaste que me encontrarías devastada y sufriendo por tu falta de amor, pero no fue así, no eras una persona que yo necesitaba en mi vida para ser feliz.
Tú eras una pieza importante de mi felicidad, pero no eras la principal.
Pensaste que te necesitaba los 365 días del año a mi lado para sentirme contenta y tranquila, pero nunca te diste cuenta de que te estaba amando de la forma correcta.
Es decir, nunca te di de más, te di lo justo y necesario, pero para un hombre como tú, que no sabe lo que quiere ni a quién quiere, parece demasiado.
Con tan poquito te sentías asfixiado y creíste que mi necesidad de ti era excesiva.
Yo no te necesitaba para ser feliz, yo solo pedía alguien que me amará bien y que pudiera valorarme.
Tu necesidad de alejarme me abrió los ojos y me hizo darme cuenta de que tú me necesitas más a mí, que yo a ti.
Porque yo ya te estaba olvidando y tú volviste a pedir perdón, pero ya era demasiado tarde.
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