Hace poco me volví a textear con un amigo, un chico que siempre quiso conmigo pero que nunca obtuvo un «Sí quiero» de mi parte.
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Nunca hubo nada entre nosotros, si acaso una vez nos tomamos de la mano para cruzar corriendo una avenida toreando los autos.
Convivimos bien y nos llevábamos mejor, a veces iba a su casa a charlar mientras su novia llegaba, sí, raro pero honesto, las cosas claras, yo no le daría una oportunidad pero eso no detuvo la amistad.
Sin embargo, cambié de trabajo y nos dejamos de ver.
Recuerdo que en alguna ocasión, mientras andaba en su bicicleta y él cargaba las cervezas, me dijo, «sé que no eres perfecta, pero te acercas mucho a lo que la mayoría de los hombres buscamos para tomar en serio una relación».
Le dije, «gracias por la frase pero es uno de tus intentos por conquistarme», me dijo, «no, lo digo en serio».
Todo iba bien, pero justo cuando le respondería, se me atravesó un perro y como escena de película de Hollywood, hice lo que pude para no dar al suelo con todo y bici, me fui sobre un arbusto y amortiguó el golpe. ¡Sí pasó, no es invención!
En fin, cambiamos el tema, pero sus palabras se me quedaron grababas. Nunca nos dimos ni un beso y dudo que suceda, no me gusta y lo único que siento por él es amistad, además, él ya es amado y me encanta verlo enamorado.
Entonces, después de algunos años retomamos la comunicación y tras contarle que nuevamente me rompieron el corazón me dijo con sus típicas palabras reales: «Te rompen el corazón porque se le permites».
Le di la razón y con esa charla aprendí algo de mí, me reconocí.
Estas son las 7 lecciones que aprendí del que siempre quiso conmigo y nunca le dije que sí:
1. Le di segundas oportunidades a quien no las merecía y nunca le di 1 al que sí la valoraría.
2. Soy inteligente y encantadora pero tonta para enamorarme demasiado fácil y conformarme con lo que «me den».
3. No es malo llorar, lo que es malo es acostumbrarme al llanto.
4. Mi pareja nunca debe olvidar que soy su amiga y si lo olvida no me conviene, no debo aceptar menos trato que eso.
5. Confío en las personas y eso no es un error, eso me hace especial, ser yo.
6. El tiempo no regresa.
7. Soy divertida, bonita y sé cocinar, quien no valora eso no me merece.
Sé que no soy la mujer perfecta, pero también a veces se me olvida que valgo mucho y que realmente valgo la pena, ¡rayos!
Sus palabras fueron sinceras, de alguna manera me hizo ver que me conformaba con poco y que si me rompían el corazón es porque se lo entregaba a quien no merecía.
Así que me propuse ya no olvidarlo… El chavo que siempre quiso conmigo me abrió los ojos y hoy mi corazón se recupera más rápido.
¿Qué te parece? ¿Te identificas? La conclusión es: Sé feliz, no permitas que nadie te rompa el corazón.
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