Le gusté por guapa, lo enamoré por inteligente y me dejó porque no estuvo a mi altura. Se espantó porque yo era la mujer de sus sueños, la que lo tenía todo y él era muy poco.
Yo hice las cosas, nunca me vendí como alguien diferente y tampoco quise aparentar algo que no era. Siempre fui yo, esa mujer fuerte, inteligente, hermosa y valiente.
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Él pensó que solo era apariencia, que mis encantos solo eran una fachada para llamar su atención y que con el tiempo me volvería sumisa y dependiente de él, pero se equivocó conmigo.
Sí, me costo mucho tiempo valorarme, amarme y respetarme. Ya no permito que un hombre me suba un pedestal y me baje cuando él quiera.
Yo solita me subí porque me lo gané y no estoy dispuesta a bajar de él, por un mal amor.
Le gusté por guapa, lo enamoré por inteligente y me dejó porque no estuvo a mi altura
Él siempre buscó estar con una mujer valiente, fuerte, segura y decidida, pero cuando me encontró no tuvo el valor de amarme.
Se acobardo en el primer instante en el que le demostré que no lo necesitaba, que yo solita podía bajarme la luna y las estrellas, pero que quería estar a su lado, porque pensé que estaba a mi altura.
Que juntos lograríamos grandes cosas, que nuestro amor sería indestructible y, sobre todo, que con el tiempo podríamos consolidar un buen amor.
Tontamente me equivoque, él solo quería a una mujer como yo para levantar su ego. Me consideraba más su trofeo que una pareja.
Le gustaba presumirme ante sus amigos, decirles que me había conquistado y ganado.
Eso me hizo entender que él solo quería ganar ante los demás, pero que no estaba dispuesto a amarme y menos a valorarme.
Así que, un día le dije que me iría que no estaba dispuesta a soportar su mal amor, le recordé que yo merecía algo mejor, que él no estaba a mi altura y que no me quería conformar con un amor mediocre.
Algo se despertó en él y me prometió que iba a cambiar, que sabía que yo era lo mejor que le había pasado en la vida, pero era tarde.
Quiso estar a mi altura, pero no lo logró…
Me juro y perjuro que estaba dispuesto a cambiar, que ya no me vería como un trofeo y solo iba a ver a la gran mujer que soy.
Sin embargo, nunca me lo demostró y no me quede a esperar a que lo hiciera.
Él tuvo su oportunidad y la echo a perder. Estuvo a mis pies y yo pude hacer lo que quisiera con él, pero no soy esa clase de persona.
Preferí alejarme, porque se que merezco que me amen bien a la primer, que me respeten porque es lo que brindo y principalmente, que me valoren porque me lo he ganado.
Y así, recordé que soy guapa, inteligente y me he ganado lo mejor, yo nunca estuve mal, él sí.
Porque yo merezco a alguien que esté a mi altura y no un mal amor que no sabe apreciar lo bueno.
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