Me armé de valor, respiré profundo, lo vi a los ojos, le dije que lo amaba y salió corriendo, pero aprendí 3 cosas…
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Acompáñenme a revivir mi triste historia…
Tuve un crush durante mucho tiempo, un chico de un trabajo anterior que cuando vi por primera vez, me gustó mucho físicamente.
Su forma de ser me cautivó y me conquistó su forma de bailar, su sentido del humor y la manera en la que procuraba su relación.
Sí, tenía novia, así que entre nosotros sólo hubo una amistad, por cosas de la vida me salí de ese trabajo y nos dejamos de ver, pero siempre mantuvimos comunicación.
En una de esas, tiempo después y los dos solteros, nos quedamos de ver para tomar café y comenzamos a salir, así fueron seis meses, viéndonos seguido, empezando a construir una intimidad que me sabía a cielo.
Aunque lo nuestro estaba sostenido por alfileres, me fui enamorando.
No es que fuera una mala relación, era estable pero no había compromiso alguno. Nos veíamos cuando queríamos y podíamos.
Así que el tiempo y la convivencia me pusieron el corazón en la mano, me enamoré…
Unsplash/Nsey Benajah
Un día me armé de valor, ahí estaba él, siendo él y dándole a mi vida un color espectacular… Así que le dije, «te amo, me enamoré, necesito saber qué es lo que sientes y lo que quieres de esto».
Nunca olvidaré su cara, tan sorprendida, tan fría…
Me dijo que una relación larga que había tenido (justo la que yo conocí cuando trabajamos juntos), lo había marcado y no quería otro compromiso igual.
Me di cuenta que él no había trabajado en cerrar su ciclo, o al menos, eso me dijo, pero prefiero creerle.
Sé lo que cuesta superar al pasado y sé cómo pesa arrastrarlo a tu presente.
Después de esa charla, ya no nos volvimos a ver, por mi salud mental y porque él no quiso saber de mí.
Le dije que lo amaba y salió corriendo pero aprendí 3 cosas
1. Siempre es mejor amar y ser uno mismo a perderte de vivir la experiencia.
2. Para vivir con plenitud es mejor cerrar ciclos.
3. Si no te corresponden, es mejor soltar.
A veces las personas no sólo no pueden amar, tampoco están listos para recibir amor.
No me arrepiento de nada, en realidad no planeé enamorarme, simplemente pasó porque soy así, quiero, entrego y doy.
Pero confío tanto en mí que me pude recuperar y salir de eso, porque eso mismo que le doy al otro me lo doy a mí, me quiero, me entrego, me doy lo que necesito.
Con esto veo 2 formas de vivir la vida, una con plenitud y amor, arriesgándose sí, pero ganando experiencias y la otra es contenida, desde el pasado, sin transparencia, con cautela.
No digo que una esté bien y la otra mal, sólo reflexiona qué tipo de vida deseas para ti.
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