Con la llegada del 10 de mayo, recordé lo importante que es mi mamá para mí y los grandes consejos que me ha dado a lo largo de mi vida.
Lo sé, todos los días debería apreciarla y valorarla, incluso, agradecer que sigue a mi lado y que me puede brindar un sinfín de consejos para ser más feliz.
Sin embargo, no siempre hacemos esto y muchas veces, damos por sentado, su amor, su apoyo, sus opiniones y todas sus muestras de cariño.
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Incluso, nuestras mamás todo el tiempo nos están dando palabras de aliento, para seguir adelante o para abrir los ojos y nosotras ignoramos.
Y no lo niegues, porque lo has hecho y has pensado que tenías la razón absoluta y tu mamá no tenía idea de lo que te decía o de lo que pasaba en tu vida.
Pero las mamás siempre lo tienen muy claro y pueden ver cosas que nosotras no, por esto, hoy quiero hacer una recapitulación de los consejos que me dio y que decidí ignorar, lo que me costó lágrimas, decepciones y sufrimiento.
Aunque también aprendí lecciones de vida y me volví más fuerte e inteligente, porque ahora siempre escucho y sigo sus consejos, me respeto y me amo, a pesar de todo…
Consejos que me dio mi mamá y que no debí ignorar
1. Ella no es tu amiga.
Me lo dijo en más de una ocasión y tenía toda la razón, también me ha dicho: no todo el mundo va a ser tu amigo ni aliado, hay personas que no quieren verte mejor que ellas y si condiciona tu amistad, no es una verdadera amiga.
Le di muchas oportunidades a personas que no lo merecían y aunque me arrepiento de no seguir este consejo de mi mamá, hoy ya no elijo a cualquiera.
Incluso, tengo pocos, pero verdaderos amigos y la tengo a ella, que es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.
2. No seas tan ingenua.
Yo sentí que al decirme esto no creía en mí o pensaba que era tonta, pero era todo lo contrario y solo quería evitarme decepciones.
Ya que, hay personas que fingen y que son falsas, que te usan y desechan, pero no van de frente, sino que hacen de todo para que caigas en su juego.
Y yo en más de una ocasión caí, porque decidí confiar en quien no debía, cuando tenía que hacerle caso a mi mamá.
3. Ahorra.
Si le hubiera hecho caso desde el primer momento en el que me lo dijo ya tendría mi terreno y hasta mi casa.
O tal vez, no, pero este es un consejo del que se me repitió e ignore, sin embargo, con la adultez ya lo tengo muy presente y no lo suelto por nada del mundo.
4. Disfruta cada día.
En ocasiones, damos tanto por sentado que solo nos enfocamos en lo que no tenemos o en un futuro, dejando de lado las cosas buenas del presente y todo lo que ya poseemos.
Gracias a que ella no se cansó de repetirme esto, hoy me doy el tiempo de estar más presente en mi día, de disfrutar los pequeños momentos y detalles.
5. No lo necesitas ni lo quieres.
Esto aplicaba para ciertos caprichos de comida, golosinas, ropa, objetos y hasta personas. Mi mamá me hacía reflexionar al respecto y aunque a veces me aferraba, para terminar dándole la razón.
Otras “disfruté” la experiencia y tuve claro que solo es un gusto pasajero que debo soltar, para obtener algo mejor.
6. Mereces mucho más.
Este es de esos consejos que no creía al inicio, pero que después tomé y ya nunca solté. Porque muchas veces, me conformaba y dejaba que me dieran poquito cuando yo lo daba todo.
Sin embargo, después de una gran decepción, mi mamá me mencionó esto y me hizo ver que siempre se me dio mucho y que yo merecía lo mejor.
7. Siempre ponte en primer lugar.
Sí, en tu vida, tu mamá o familia deben tener un gran espacio en tu vida, pero tú debes ir primero, no el trabajo, no tu pareja, ni tampoco tus amigos y menos el dinero.
Tú siempre debes ser lo primero en tu vida y debes tener prioridades valiosas que también te den el mismo lugar que tú les das.
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