Por extraño que parezca, el amor llegara a tu vida cuando tú sepas estar sola.
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Sabemos que esto puede sonar irónico pero es verdad, el amor llegará a tu vida cuando sepas estar sola.
Podemos ir de relación tras relación cuando nosotras queramos sentirnos amadas, aceptadas y valoradas, pero el verdadero amor o un amor genuino sólo llegará cuando estemos listas.
Esto quiere decir que será cuando nosotras sepamos estar solas, cuando no busquemos compañía por necesidad, cuando no queramos una pareja para encontrar validación.
Tener miedo a la soledad puede ser un reflejo de que no nos sentimos cómodas con nosotras mismas, si esto ocurre…
¿Cómo podemos estar cómodas con alguien más si no sabemos de estar con nosotras mismas?
Está podría ser la explicación del por qué vamos de decepción en decepción…
La vida nos está tratando de dar un mensaje, nos está haciendo pasar por experiencias para tener aprendizajes, para conocernos, para encontrar nuestras heridas y así sanarlas.
Unsplash/Pedro Sousa
Por eso, es importante no aferrarnos a las personas o a lo que creemos que va a suceder a su lado, lo mejor es vivir cada etapa y cada relación desde nuestra propia voluntad de entender qué es lo que nos une a esas personas y qué es lo que nos dejan en la vida.
El miedo a la soledad puede acercarnos a compañías que en otro momento de nuestra vida no hubiéramos aceptado, nos puede hacer conformarnos con atenciones, detalles, personas, acciones u objetos que en otro momento no hubiéramos aceptado.
Mientras nosotras no sepamos estar bien con nosotras mismas, disfrutar de nuestra propia compañía y poder ser autosuficientes en todos los niveles, encontrar una buena pareja va a ser todo un desafío.
Sin embargo, al tener claridad de lo que queremos, cuándo lo queremos, por qué lo queremos y, por supuesto, de lo que no queremos, estaremos eligiendo lo mejor para nuestra vida y la primera elección es ¿queremos una pareja o no queremos una pareja?La segunda elección es ¿quiero a esta persona de pareja o no quiero a esta persona de pareja?
Cuando nosotras llegamos a esta postura priorizamos lo que hay en nuestro interior, nuestra convicción, nuestro deseo, nuestros pensamientos.
Es decir, tomamos una decisión consciente de estar en pareja o estar solteras.
Y esta decisión consciente nos acerca a construir una relación sana, armoniosa y equilibrada.
Por otro lado, si no tenemos esta claridad de lo que queremos es fácil que sigamos relacionándonos con personas qué nos van a dejar aprendizaje en forma de heridas.
Entonces…
Cuando tú sepas estar sola cuando tú te lleves bien contigo cuando no rechaces tu soltería es cuando vas a saber elegir lo mejor para ti, cuándo vas a distinguir si una compañía viene a sumar y compartir o viene a restar y opacarte.
El amor llegará a tu vida cuando tú sepas estar sola, cuando tú quieras lo mejor para ti, cuando tú puedas distinguir qué es aquello que te está dando alegría y paz.
No aquello que tú quieres que, sea como sea, te dé alegría y paz.
De este modo, lejos de la idealización podrás tener una relación real que, ¡claro! no será perfecta pero no te hará la vida miserable.
Una relación real y sana no está exenta de discusiones, de diferencias, pero siempre te dará seguridad, respeto, confianza y una sensación de plenitud a pesar de los retos y a pesar de los desafíos.
Deja de concebir a la soltería como un periodo de estar sola entre pareja y pareja.
La soltería es más que eso, es un momento en tu vida en el que te puedes dedicar a ti como tu principal prioridad, en el que vas a conocerte, en el que vas a cultivar te vida y decidir si quieres o no una pareja.
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