No sabemos como sea en las nuevas generaciones, pero para las que ya pasamos de los 30, el amor que tuvimos en la preparatoria es el más bonito, quizá hay otros igual o más inolvidables, intensos o dolorosos, pero sin duda ninguna de nosotras podremos olvidar a nuestro novio de la prepa.
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1. Está lleno de aventura
¡Cómo olvidar cuando nos saltábamos la clase de historia por verlo! Jamás, la etapa de la prepa está llena de recuerdos de momentos que vivimos con ganas de explorar el mundo y por supuesto nuestra vida.
Las fiestas, los amigos, los nervios por irte a exámenes extraordinarios o «estudiar» en su casa para el examen de química, es algo que en su momento fue parte de una gran aventura.
2. Comienza a ser algo real
El amor de prepa es algo más real, lejos de los nervios e inmadureces que experimentamos durante la secundaria, las relaciones cobran vida en otro nivel, y es cuando te cae el 20 de que te invite a su casa a comer y conozcas a su mamá o a su abuelita.
3. Descubres a su lado mucho de ti misma
Desde emocionalmente hasta sexualmente, las hormonas están a flor de piel y todo parece un sueño que necesitas vivir sin perder detalle.
4. Te acompaña en una etapa divertidísima
No sólo fue hubo aventura, hubo momentos llenos de risas, amigos en común que ponían el toque divertido a cada clase y todas esas cosas que hicieron de la prepa una etapa de relajo y diversión, tienen dentro de su contexto a la persona que tomabas de la mano.
5. Hay menos miedo
Como no hemos pasado por tantos problemas amorosos, hay menos miedo, se disfruta de una forma más auténtica, la entrega es más irracional.
6. Cartas y detalles «a la antigüita»
Como no había nada de Facebook ni Whatsapp, las demostraciones de afecto eran más personales, quizá se te declaró con un cartel afuera del salón de Geografía o en las canchas de futbol, si le gustabas debía atravesar el patio para hablarte enfrente de tu grupito de amigos.
Podrá haber amores más intensos, inolvidables, efímeros, espontáneos… pero como el amor que tuvimos en la prepa, ¡ninguno!
