Tan importante como cumplir la rutina de ejercicios es mantenerte hidratada mientras la haces.
Y es que los resultados del entrenamiento sólo pueden verse si tu cuerpo está correctamente hidratado.
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Reflexión: Esto es más importante que el amor y hoy lo subestiman
No sólo porque cuando tomamos líquido calmamos la sensación de sed, y eso nos motiva a seguir entrenando; sino también porque se optimiza el funcionamiento de los músculos y es más probable alcanzar la tonificación deseada.
No podemos olvidar que al movernos perdemos líquido a través del sudor y eso nos provoca una posterior deshidratación que afecta el funcionamiento de nuestro organismo.
Así, en promedio, por cada 600 Kcal que quemamos con actividades como running, natación o ciclismo, perdemos alrededor de 1 litro de sudor; y esta cantidad puede ser superior en el caso que no usemos ropa transpirable o la temperatura del entorno sea más elevada.
Ahora bien ¿cómo sabemos que estamos deshidratadas?
Además de la desesperante sensación de sed, podemos padecer síntomas como: calambres, mareos, dolores de cabeza u hormigueos en las extremidades, entre los más destacados.
Entonces ¿qué podemos hacer?
Se debe evitar tomar de golpe la cantidad de líquido que hemos perdido, sino hacerlo de manera espaciada.
Es decir, tomar agua antes, durante y después del entrenamiento.
Pero si aún tienes dudas de cómo deberías hidratarte para rendir y tener un entrenamiento eficaz, te lo decimos:
1. Tomar líquido a lo largo de todo el día.
2. Tomar 500 ml. de líquido dos horas antes de iniciar el ejercicio.
3. Tomar 250 ml. quince minutos antes del ejercicio.
4. Beber continuamente durante el ejercicio cada quince o veinte minutos aproximados.
Cuéntanos ¿cómo te hidratas después de cada entrenamiento?
