Saber cuál nutriente o mineral está siendo deficiente en nuestra alimentación no es una tarea sencilla…
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Por lo general, necesitamos recurrir al especialista para conocer las causas de una repentina caída de cabello, la debilidad que sentimos en el cuerpo, o por qué nuestro organismo no es capaz de contrarrestar una gripe.
Sin embargo, siempre es bueno saber que la mayor parte de estos síntomas están casi siempre relacionadas con una misma causa: la deficiencia de hierro.
Y es que este mineral es el encargado de transformar los alimentos en energía, ayudar a la creación neurotransmisores (mensajeros químicos en el cerebro), e incluso a ayudar a fortalecer el sistema inmunológico.
Para la experta en nutrición Libby Weaver, el mayor indicativo de la pérdida de este mineral está relacionado con la aparición de la sensación de fatiga, lentitud y debilidad en el cuerpo.
Y esto se debe a que la deficiencia del mineral dificulta el transporte de oxígeno en las células.
Ahora bien, ¿cuál es la mejor forma de prevenirlo?
Según la especialista, lo ideal es tener una dieta rica en alimentos ricos en hierro, como la carne de vacuno, cordero, huevos, mejillones y verduras; y consumirlos de manera variada en la semana y de manera que «sean pequeñas porciones de hierro en cada plato»
Si tienes dificultades para identificar los alimentos ricos en este mineral, aquí te compartimos algunos:
– Carnes rojas magras: ternera, buey.
– Mariscos de concha: sobretodo berberechos, almejas y mejillones.
– Hígado.
– Frutos secos: nueces, pistachos, almendra tostada.
– Sésamo.
– Verduras de hoja verde: berros, acelgas, espinacas.
– Legumbres: lentejas, garbanzos, guisantes, germinado de lenteja.
