¿Sabes lo que es una madre helicoptero? ¿No?
Aquí, resolveremos todas tus dudas:
Sabemos, que nadie nace sabiendo ser madre o padre, y en nuestro esfuerzo por ser las mejores madres y padres terminamos cometiendo varios errores.
Entre ellos, convertirnos en padres helicópteros.
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«Helicópteros», así los han llamado psicólogos y antropólogos, un término que hace referencia a los padres que sobrevuelan la vida de sus pequeños.
No permitiéndoles que cometan errores o que, si ya están en edad, tomen sus propias decisiones.
Las madres y los padres helicópteros, están encima de sus hijos supervisando lo que hacen, dándoles órdenes constantemente.
Corrigiéndolos y recompensándolos por cumplir sus obligaciones y defendiéndolos ante las injusticias que ellos mismos perciben.
Los padres helicópteros no se dan cuenta de que están criando a hijos mimados, dependientes, consentidos.
Niños acostumbrados a siempre obtener lo que quieren y ser recompensados por cumplir con sus obligaciones, en caso de que las hagan.
Estos niños suelen crecer con una corta tolerancia para con su entorno y las personas que los rodean, por ello, suelen convertirse en personas con mucha frustración.
Pueden ser personas que desarrollen mucha inseguridad o todo lo contrario, sean personas arrogantes que crean que todo el mundo debe complacerlos.
Las madres y los padres helicópteros son superprotectores, permisivos y de alguna manera entrometidos por hacerse presentes en todos los ambientes de sus hijos, incluso pertenecen a la comunidad de representantes del padre de familia o los acompañan en sus paseos escolares.
Otra característica es que los padres llegan a querer complacerlos en todos los sentidos, por lo que hacen grandes esfuerzos por comprarles los juguetes que desean y su habitación se convierte en una pequeña juguetería.
Los psicólogos recomiendan no llegar al exceso de convertirse en una madre o en un padre helicóptero confiando en tus hijos, permitiéndoles que exploren el mundo con base en sus experiencias y su auto-aprendizaje, claro, debes estar pendientes de ellos, pero permitirles que también las malas experiencias les permitan crecer y descubrir su potencial.
Puede ser difícil dejar que tus hijos se caigan, pero debes permitirles que se den cuenta que ellos pueden levantarse solos y si no pueden, estarás ahí para apoyarlos, ayudarlos, motivarlos, pero no para hacerlo por ellos.
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