Los niños son pequeños seres que llegan a alegrar la vida con preguntas y acciones, cada uno tiene su forma distinta de ser y siempre los adultos aprenden gracias a ellos. Si bien convertirse en padre o madre no llega con un libro de instrucciones, uno hace lo mejor que puede a pesar que muchas veces se cometen errores al momento de criar.
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Lo bueno es que los adultos siempre querrán lo mejor para ellos: que sean felices, seguros y que tengan tranquilidad. Enseñar a lograr sus metas, agradecer lo que tienen y hasta no sobre actuar en distintas situaciones son solo algunas de las tantas tareas que tienen por delante los padres. Si bien no hay una fórmula perfecta, si hay formas de estimular la felicidad en ellos.
¿Quieres saber cuáles son las 8 claves?
1. No dramatizar.
Frente a cualquier situación se debe dar su justo valor, no hay que exagerar o sobre reaccionar ante lo que ocurra, por ejemplo: si al niño se le cae un vaso con agua, no es necesario gritar “¡mira lo que hiciste por Dios!” porque un “deberías haber tenido más cuidado, pero tranquilo que ahora lo limpiamos juntos” suena mucho mejor.
2. Ser positivo.
Todos los niños que hayan sido educados pensando en el bien de las cosas tienden a ser más seguros y creen más en sí mismos.
3. Logro personal.
Está bien querer enseñarles para que después puedan hacerlo ellos mismos, pero se debe dar el espacio para que ellos lo logren o fracasen en el intento. Ellos mismos se pondrán sus límites frente a las situaciones de la vida y así podrán conseguir sus objetivos por sus propios méritos.
4. Ser amable.
Si uno es amable con ellos se les estará enseñando que así se debe tratar a las personas, estos niños experimentarán más satisfacción y con energías positivas serán más cariñosos. Así les será más fácil gozar de aceptación social porque sabrán que es importante ser cordial.
5. Inteligencia emocional.
Si los niños aprenden a regular y controlar de forma tranquila sus emociones, podrán resolver los problemas de forma pacífica. Con armonía y tranquilidad todo se puede.
6. Autonomía.
Si uno estimula la independencia de los niños se les estará potenciando la autonomía, además de seguridad y confianza en ellos mismos.
7. Dar las gracias.
La gratitud favorece y enriquece el crecimiento de los niños, enseñarles que estar agradecido y mostrar ese sentimiento a los demás los ayudará a valorar más lo que reciben y tienen.
8. No etiquetar.
Nunca se les debe etiquetar con palabras como “eres malo para esto” o “eres muy llorón” porque de esa forma se predisponen a moldear su actitud para encajar en ese perfil.
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