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Algunos trucos para organizarte mejor si eres mamá

Sigue estos consejos para que tu día a día no sea un caos.

Sigue estos consejos para que tu día a día no sea un caos.

Si eres mamá, sabrás que los primeros meses después de la llegada de un bebé pueden ser una locura. Y, aunque poco a poco comienzas a adaptarte a ser mamá, a veces puede ser muy difícil organizarte y volver a tu rutina diaria sin perder la cabeza en el intento.

Esto puede ser aún más complicado cuando vuelves a tu vida laboral e incluso más cuando tu hijo crece y comienza a tener actividades y compromisos propios.

Por eso, te dejamos algunos trucos sencillos que te pueden ayudar a organizarte mejor y hacer una gran diferencia en tu calidad de vida:

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1. Haz listas de pendientes.

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Cuando eres mamá, tu cabeza está en mil sitios a la vez y por eso es fácil olvidarse de las cosas (más aún si te queda el pregnancy brain después de que nació tu hijo, como me sucedió a mí). Así que anota todo. En serio, todo. Tus pendientes, las cosas que necesites del súper, las actividades de tu hijo, los compromisos de la semana, si tienes alguna fiesta infantil, si necesitas comprar algún regalo y todo lo que se te ocurra. Ese es el inicio de una mejor organización.

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2. Establece prioridades.

Ya con tu lista a la mano, decide qué actividades requieren atención inmediata y cuáles pueden esperar al final del día o incluso al día siguiente. Esto hará que no te agobies con todos los pendientes al mismo tiempo.

3. Usa tu celular.

Si tienes un teléfono inteligente, aprovéchalo. Por ejemplo, usa la agenda para anotar tus compromisos, programa las alertas para que te avise con anticipación de tus citas o las actividades de tu hijo, usa la lista de recordatorios para anotar pendientes, usa el block de notas para hacer tus listas del súper y programa alarmas para llegar a tiempo. Incluso puedes buscar alguna app que te ayude a organizarte.

4. Establece tiempos para realizar tus actividades y cúmplelos.

Aunque muchas veces tu hijo o hija no te dejará seguir un horario estricto, sí puedes establecer tiempos para realizar ciertas actividades, como mandar mails o preparar la comida, por ejemplo. Esto ayuda mucho a que logres enfocarte en una sola actividad.

5. Toma pequeños descansos en el día

Sí, también se vale tomar unos minutos para checar tu Facebook o Instagram o simplemente para tirarte en la cama o el sillón antes de comenzar con tus actividades de nuevo.

6. Aprende a decir que no.

A veces queremos cumplir con todo y no siempre es posible. Si tienes tres fiestas infantiles el fin de semana, una comida familiar, necesitas hacer compras, quieres ver a tus amigas y también quieres descansar un rato, tendrás que decir que no a algunas cosas. Así que establece prioridades y decide qué se queda en la agenda y qué no.

7. No satures a tu hijo con demasiadas actividades.

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Es fácil caer en la tentación de que tu hijo tenga muchas actividades divertidas y estimulantes en el día, pero, por su bien y el tuyo, evita saturarlo. Mejor incorpora una actividad a la vez, ve cómo se adaptan y después puedes ver cómo les va con algo más. Poquito a poquito es mejor.

8. Planea con anticipación.

Cualquier pendiente que puedas adelantar, hazlo. Por ejemplo, haz el súper e intenta preparar algo de la comida de la semana durante el fin de semana para evitar estar tan saturada todos los días o prepara la ropa que usarás o que usará tu hijo desde la noche anterior. Estas pequeñas acciones hacen una gran diferencia en la rutina diaria.

9. Pide apoyo.

Si cuentas con la posibilidad de que alguien de tu familia o de toda tu confianza cuide a tu hijo de vez en cuando o si puedes contar con una niñera de vez en cuando, hazlo. Deja las culpas a un lado y aprovecha esta ayuda. ¡Ah! Y por supuesto, asegúrate de que el papá de tu hijo también cumpla con su parte de la chamba. Recuerda que él no te «ayuda» sino que está cumpliendo con el 50 por ciento de la responsabilidad que le corresponde.

10. Date un tiempo para ti.

Tal vez este sea el punto más difícil de cumplir en un inicio, pero te aseguro que es el más importante. Al menos, en mi caso, hizo toda la diferencia. Incorpora a tu rutina diaria algunas actividades como estas que sean sólo para ti y que te hagan feliz. Y, claro, trata de descansar lo suficiente. Aún con las desveladas e interrupciones nocturnas que seguramente te tocarán, respeta tus horas de sueño. En serio, tu salud y tu estabilidad emocional también dependen de tu calidad de sueño, así que convierte tu descanso en una prioridad.

Y a ti, ¿qué otros trucos te han servido para hacer más eficientes tus días como mamá?

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