Hace unos días nos encontramos un artículo muy interesante en internet, en donde la autora, LaRae Quy, una mujer que durante 24 años trabajó como agente encubierto y de inteligencia en el FBI, contó una anécdota que nos inspiró a hacer una reflexión.
En su texto, ella contó que creció en un rancho en Wyoming, en Estados Unidos, su familia se dedicaba a la ganadería y una ocasión, gracias a su padre, LaRae tuvo una de las enseñanzas más grandes de toda su vida, pues a pesar de su corta edad, ella asimiló lo que pasaba de la mejor manera.
En una ocasión su padre dijo a la familia que necesitaría ayuda para trasladar varios cientos de cabezas de ganado, ella sin decir nada, pensó de inmediato que no sería escogida por su padre, puesto que su hermano por ser hombre podría ser el candidato ideal y ella podría quedarse en casa a ayudar a su mamá a pelar papas, sin embargo, su padre volteó a verla y le dijo que fuera a ensillar su caballo, como era de esperarse, la pequeña LaRae Quy, aventó el pelador de papas.
Ese momento, según relató LaRae, le cambió la vida, pues se dio cuenta que la única limitación que podría tener era la actitud que tomara para ella misma.
Y con este ejemplo llegamos a la siguiente reflexión:
Somos nosotras mismas las que nos ponemos límites, las que decidimos continuar, mantener o cumplir lo que dicen los roles de género que se han establecido hace muchos años atrás.
¿Te has preguntado si tú llegaste a dejar el pelador de papas en casa? ¿Pudiste lograr hacer algo distinto a lo que se esperaba de ti por ser mujer? ¿Te sientes realizada como persona, no como mujer?
Esperamos que las preguntas anteriores las hayas respondido afirmativamente y si no, pienses qué vas a hacer al respecto.
Quizá te encuentres con algunas cosas con las que ya no puedas cambiar y que incluso no quieras mover, pero nunca es demasiado tarde para que intentes cumplir uno de tus sueños, sobre todo si es algo que dejaste en el camino y crees que te haría feliz realizarlo.
Además de esto, si tienes hijos podrías ayudarlos a ensillar su caballo…
¿De qué manera los impulsas a ir más allá que cumplir expectativas sociales?
Veámoslo ahora de esta manera, un niño con un pelador de papas también puede hacer cosas extraordinarias, no existe una razón válida para encasillarnos en roles sociales que limiten el desarrollo o que incluso, te restrinjan las opciones para escoger lo que te hace feliz.
LaRae dejó el pelapapas en la mesa y con los años tuvo un desempeño destacado como agente del FBI, ¡ojo! no decimos que hubiera estado mal que hubiera sido chef o ama de casa o cualquier otra cosa, sólo queremos resaltar que la acción de su papá le abrió la mentalidad y eso tuvo mucho que ver con que pudiera trabajar en lo que le gusta y tener éxito.
