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¿Tuviste padres estrictos? Seguro esto te pasaba cuando les pedías permiso para salir

A nosotros nos llegó a pasar

Toda una odisea

Las generaciones actuales gozan de ciertos privilegios que antes ni pensarlo… ¿quedarte a dormir con un amigo? ¡Jamás! Pero los padres de hoy somos más relajados, quizá nos construímos un concepto de libertad después de privarnos de ciertas cosas, pero si tú tuviste unos padres estrictos, estamos seguras que entenderás esto al máximo.

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1. No hay permisos para salir si te invitan el mismo día.

2. ¿Tenías que quedarte a dormir por hacer un trabajo? Debías comunicarle a tu papá a la mamá del amigo con el que estabas para que le dijera que estarías supervisado y por supuesto, haciendo tarea.

3. Eras la primera en irte de la fiesta (y apenas empezaba lo bueno), por supuesto iban tus papás por ti.

4. Tu escuela organizaba una salida, y de plano no ibas porque no te daban permiso o si ibas hay dos opciones, iba tu mamá a ayudar a la maestra a cuidar niños o ibas pero tenías que haberle rogado por días para que firmara el permiso.

5. Esperabas el momento en que estuvieran más de buenas para pedir permiso.

6. Ensayabas con cuidado cada palabra que ibas a decir.

7. Siempre tenías que decir el nombre de tu amigo que mejor les caía para que no te negaran el permiso desde el primer segundo.

8. No podías salir dos días seguidos, debías escoger entre viernes o sábado.

9. «¿Me estás pidiendo permiso o me estás avisando?».

Si llegabas a pedir permiso con exceso de entusiasmo.

10. En momentos desesperados utilizabas recursos como poner ojitos bonitos, empezar el discurso con «igual y no me das permiso», «¿ya viste el 9 que saqué en matemáticas?»…

11. Tenías que portarte muy bien desde días antes de pedir permiso.

12. Cuando ibas a pedirles permiso ya tenías que llevar toda la información, a dónde irías, cómo te irías, con quiénes irías, cómo regresarías, quién iba a regresarte, y el color de las calcetas de tu acompañante.

13. Los cambios de planes de último momento eran horribles, porque tenías que volver a dar todas las explicaciones sabiendo que a tu padre ya no le generaba confianza y que podría negarte el permiso.

14. En alguna ocasión llegaste a hincarte para obtener el permiso.

15. Tus amigos siempre te decían, yo hablo con ellos, como si eso ayudara a ablandarlos.

16. Llegaste a mentir: «la fiesta es aquí cerca», «nos va a llevar la mamá de un amigo», «regreso temprano», «se tardaron en llevar la cuenta»…

17. Si te convenía primero le decías a mamá para ir tanteando el terrero aunque a veces te respondían:

18. «¡Pregúntale a tu padre!», «¡Pregúntale a tu madre!».

Dependiendo el caso.

19. Llegaron a decirte: «Yo a tu edad siempre llegué a las 8 aunque pagara taxi».

20. Pudieron decirte: «Para eso si tienes ganas, ¿verdad?».

21. Te cuestionaban: ¿Vas a tomar? ¿A qué vas? ¿Cuánto te vas a tardar?…

22. Te advertían… «Yo no te voy a dar dinero».

23. Te sudaban las manos y tenías que agarrar valor para hablar fuerte y claro.

24. Tenías tan estudiados a tus papás en esas circunstancias que sabías interpretar sus miradas o los «mmm», «ajaaaam», y «jummmm», para saber antes de que terminara la conversación si había esperanza o todo estaba perdido.

25. Ya cuando te decían: «Te quiero aquí a las 10, ni un minuto más», sonreías y pensabas… ¡yes!

via GIPHY

Ay cómo no quererlos, si hicieron lo que estaba en sus manos para cuidarnos…

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