El amor llega cuando menos te lo esperas y de la mano de quién menos lo imaginas.
Pero aparece para mostrarnos vulnerables ante el otro, para conocer qué tipo de persona somos, para vivir momentos alegres y otros tantos llenos de tristeza, para dar vida a otras personas, para aprender a compartir, para llenarnos de esperanza de que las cosas pueden cambiar para mejor…¡entre tantas posibilidades!.
Lo cierto es que llega y no lo podemos ocultar; y estás son algunas de las señales que nos delatan:
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1. Compartes tu tiempo sin egoísmos.
Quieres compartir la mayor cantidad de tiempo con esa persona especial; incluso cuando estás un poco cansada, tienes mucho trabajo, o el día ha sido un completo desastre.
2. Eres más gentil con el resto del planeta.
Las sonrisas te salen de manera automática; y crees que todo en la vida tiene solución, incluso las situaciones más difíciles.
3. Dejas las vergüenzas.
Te sientes feliz de ser quién eres, y esa idea la refuerza de manera maravillosa tu pareja.
4. Estás motivada.
Quieres ser mejor persona; deseas hacer mejor tu trabajo; quieres ser mejor hermana, hija; y todo lo que te ubique en un ranking entre los más destacados.
5. Florece tu belleza.
La felicidad te hace ver resplandeciente, motivada, y con muchísima fuerza para enfrentar y superar cualquier desafío.
6. Haces planes y lo incluyes.
Primero comienzas con los fines de semana; y luego -de manera inesperada- te das cuentas que es la persona con quien pasas más tiempo.
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