Es cierto que todas las parejas del mundo tienen su propio lenguaje y su manera de entenderse sin palabras.
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Y en ocasiones algunas parejas lo logran con miradas, con su lenguaje corporal e incluso con bromas. En Hey Hey Hello sabemos que no todas las «bromas» son malas, por el contrario, hay parejas que se molesta mutuamente y fortalecen su relación.
Estos son algunos ejemplos que existen aunque no lo admitan:
1. Fortalecen la relación.
Está comprobado que las parejas que ríen juntas son más felices: basta con hacerle cosquillas al otro, con jugar «almohadazos» o contar algún momento vergonzoso que hayan pasado.
2. Se conocen mejor.
Hay de bromas a bromas: se vale probar qué bromas aguanta cada quien, cuáles no están permitidas y en cuales siempre caerá.
Una pareja hizo un video incluso en Youtube de como es su relación y fue todo un éxito.
3. Se pueden vengar.
Nunca una relación será buena si aplican el «me la haces, me la pagas», pero cuando se trata de molestarse puede alegrar incluso el día de la otra persona si fue muy malo.
4. Porque sí.
En ocasiones el hecho de que tu pareja te moleste o tú a ella no tendrá explicación… Habrá días en los que quieras jugarle una broma que sabes no es muy pesada o viceversa.
Esto no tiene nada de malo, siempre y cuando sepas cuál es el límite de la otra persona y no sea con afán de enojarse.
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¿A ti te ha pasado alguno de los puntos anteriores?
