Los viejos hábitos difícilmente mueren…
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Alguna vez alguien me dijo que el amor puede cambiar a una persona… Yo no sabía si creerlo o no porque los viejos hábitos y costumbres son muy difíciles de ignorar y, más aún de cambiar.
También soy fiel creyente de que una persona NO cambia, puede modificar actitudes, mañas y hábitos para que un tiempo le funcione, sin embargo, con el tiempo una persona vuelve a lo que mejor le acomoda, sabe y es experto. Es por ello que con mi experiencia personal que yo me rendí, las personas no cambian.
Sí, pasé por muchas veces las famosas palabras «voy a cambiar», «ya no haré eso o aquello» y, por algunos meses lo cumplieron, dejé de pelear con amigos, con familia e incluso con mi pareja pero… En las peleas, malentendidos o discusiones, las mismas razones por las que antes se presentaba el conflicto, las reacciones eran las mismas.
De la misma manera la otra persona no trataba de arreglar la situación puesto que sabe cómo soy: sabe qué decirme para hacerme sentir mejor, sabe que el enojo no me dura y, que no soy una persona de rencores y perdono fácilmente.
He de admitir que yo en muchas de esas peleas también era consiente de cómo manejaba la situación, de las cosas que decía y cómo las decía. Lo que la otra persona quería escuchar para que no se hiciera más grande el conflicto o pelea… Con el tiempo me cansé de que siempre fuera lo mismo y caí en la monotonía, en no hacer más, algo diferente por querer arreglar las cosas con otros ojos, desde otra perspectiva.
No te engañes querido lector: si una persona no cambia la primera vez que lo prometió, probablemente nunca lo hará sin importar las oportunidades, el tiempo y la dedicación que le demos. Es cierto que la esperanza es lo último que muere, pero no tengas esperanza en un lugar dónde la otra persona hace todo por alejarte.
No te quedes por costumbre, por miedo a la soledad o esperando algo que es obvio que seguirá igual sin importar cuánto esfuerzo pongas tú… El esfuerzo debe ser mutuo. Señales de que no le gustas tanto (y deberías pensártelo).
